Encontrarse con los contenedores llenos o no tener espacio donde colocarlos obstaculiza la labor. | Josep Bagur Gomila

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La amplia mayoría de los establecimientos hoteleros de la Isla afirma haber asimilado el reciclaje como una labor necesaria, según una encuesta realizada por el Consorcio de Residuos. Solo el 5 por ciento de los 83 establecimientos consultados dice no separar los desperdicios.

Los más concienciados son los hoteles rurales y los que menos, los apartamentos. El compromiso es mayor, según el estudio, entre establecimientos medianos y grandes, cuyos directivos afirmaban que reciclarían incluso si eso requería un esfuerzo adicional en el 90 por ciento de los casos.

En general la mayoría recicla los cuatro tipos de materiales recogidos por el Consorcio, sobre todo cartón y vidrio, seguidos por papel y envases ligeros como brics, plásticos o latas. El 82 por ciento declara también que recicla el aceite de cocina, que no recoge el Consorcio, pero solo una cuarta parte está reciclando otros desperdicios como pilas, residuos peligrosos, cartuchos de tóner o equipos eléctricos usados.

Respecto a la comprensión del sistema para separar residuos, menos de la mitad dice entenderlo «muy bien» y el 75 por ciento cree que tener más información les ayudaría a reciclar de forma más eficaz. De hecho casi todos los encuestados creían que sería útil que el Consorcio pudiera proporcionar carteles informativos para el personal. Entre las barreras que impiden un mejor funcionamiento del reciclaje se encuentra la falta de contenedores y de espacio para almacenarlos, que provoca que en ocasiones no se recicle porque el contenedor está lleno. Además, el 30 por ciento de los encuestados admite que su establecimiento no está organizado lo suficientemente bien como para reciclar de forma eficaz y el 28 por ciento no lo ha incorporado a sus rutinas diarias de trabajo.

El estudio, que fue diseñado para ayudar al Consorcio a desarrollar medidas para que el sector hostelero reciclara más y con mayor frecuencia, marca la comunicación como una necesidad para incentivar el reciclaje. Concluye que tomar medidas operativas y una mejor difusión de información y consejos prácticos ayudaría a demostrar que participar en el programa de reciclaje merece la pena.