Javier Pons de Marco, en el centro de la fotografía, fue elegido ayer por la asamblea presidente de Viturme y toma el relevo del veterano empresario Ginés Noguera. Ambos comparecieron con María García. | Gemma Andreu

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El proyecto de ley del alquiler turístico presentado por el Govern ha decepcionado al empresariado menorquín, «habíamos planteado el alquiler libre con requisitos, una normativa que permitiera a quien quisiera dedicar su vivienda a uso turístico y lo que hemos visto parece más una nueva moratoria», explica María García. El texto presentado por el Ejecutivo «no va a favorecer que toda la oferta que no tiene encaje en la normativa actual pueda incluirse y regularizarse», añade, por lo que los principales objetivos de regularizar y, en segundo lugar, abrir el mercado a la incorporación de nuevas propiedades no se han visto satisfechos.

Los requisitos impuestos hacen prácticamente inviable la apuesta de PIME, orientada a una mayor flexibilidad para dar salida al potencial de viviendas cuyos propietarios podrían estar interesados en el alquiler vacacional. Siempre ha argumentado que es una buena fórmula para distribuir el beneficio de la actividad turística entre las familias menorquinas y, sin embargo, «se pretende dar una solución equivocada a un problema que no tenemos, es un sector que hace treinta años que está funcionando bien», comenta el nuevo presidente de Viturme, Javier Pons de Marco, quien no teme el incremento de la oferta con la legalización del alquiler, «no habrá un aumento significativo con la regulación, al menos de la manera que se ha presentado, da la sensación de que tienen miedo», añade.

Ginés Noguera apunta que el gran error se deriva de la uniformidad de trato, «nos meten a todos en el mismo saco cuando la realidad de cada isla es distinta», afirma en alusión a la capacidad de crecimiento y a la distinta presión que sufre cada una de las islas. «Lo hemos reiterado en nuestras alegaciones, los ayuntamientos ponen los límites en sus planes generales, aquí ya los tenemos, además las viviendas turísticas de la oferta actual son aquellas construidas inicialmente para uso residencial», declaraciones realizadas desde la la perspectiva de crecimiento que muestra un sector del alquiler «que ya solo puede crecer por los extremos de la temporada».