El local permanece cerrado. En unas semanas abrirá de nuevo pero por el Carrer de l’Àngel | Gemma Andreu

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El centro histórico de Maó se está convirtiendo en objeto de deseo para las grandes cadenas textiles. El foco se encuentra ahora sobre el histórico y emblemático local de El Turronero del Carrer Nou, que podría sucumbir a la vorágine de las multinacionales. Esta heladería artesana ha recibido varias ofertas de alquiler para la implantación de tiendas de moda. Entre ellas, destacan dos marcas dedicadas al sector textil que, según apunta la propiedad del local, no están implantadas aún en Maó. A estas dos cadenas suma una tercera procedente de un inversor mallorquín que también ha mostrado interés en alquilar el local. No obstante, no hay nada decidido. «Ni se ha iniciado la negociación, ni se han pactado precios ni nada», indican desde la propiedad, quienes aseguran que se alquilará a quien ofrezca la mejor oferta y garantías, sea o no una gran empresa.

El Turronero del Carrer Nou volverá a abrir, pero lo hará en la parte trasera del edificio. Tendrá acceso por el Carrer de l'Àngel. Esta decisión de reducir espacio no obedece, según señala la propiedad, a una pérdida de la actividad económica ni al hecho que franquicias le hayan ofrecido una interesante oferta. Se trata, indica, de «un barco demasiado grande» para su situación personal actual.

El nuevo espacio donde se abra El Turronero recuperará los productos de sus orígenes, suprimiendo los agregados a posteriori. Mantendrá la fabricación artesanal de productos tan propios como la horchata, los granizados y los helados, entre otros. Las obras de adecuación de este local arrancarán, posiblemente, la próxima semana con las previsiones de poder abrir a mediados de junio.

Será entonces cuando se inicien las negociaciones con las empresas y marcas interesadas en alquilar el local. Asimismo, la propiedad niega que haya estado en alguna momento en venta.

En el caso de que se cierre un acuerdo con alguna de las grandes cadenas interesadas, El Turronero se sumará a las edificios históricos del centro de Maó reconvertidos por grandes empresarios. Las dos esquinas de Galerías Parpal pasaron a ser tiendas de Mango y Stradivarius, al igual que las oficinas del BBVA y una peluquería en el Carrer Nou donde el empresario Isak Andic abrió otra tienda.