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La inmensa mayoría de los menorquines, el 86 por ciento, según una encuesta de Gadeso, dan por hecho que en la presente temporada alta habrá más turistas, y que ello (así lo creen al menos el 70 por ciento de los encuestados) hará que se incrementen los beneficios empresariales. Pese a ello, son muy pocos, apenas el 19 por ciento, los que consideran que esta mejoría revertirá en más bienestar social, con mejores condiciones laborales y un aumento de los salarios.

Es una tendencia generalizada en todas las Islas, aunque es en Menorca donde reina un mayor pesimismo. Tanto en Mallorca como en las Pitiüses el porcentaje de ciudadanos que creen que habrá más turistas (en torno al 90 por ciento), más beneficios empresariales (80-81%) y una mejoría social (20-21 por ciento) es mayor que en Menorca.

Menorca también es la Isla que menos importancia le da al turismo como motor económico. Aun así el 43 por ciento cree que su principal fortaleza es que es la base de nuestra bienestar (por el 48 por ciento de la media balear) y el 19 por ciento que considera su importancia por los puestos de trabajo que genera (22 por ciento en Balears).

En cuanto a puntos débiles, en el caso de Menorca el principal problema es la excesiva estacionalidad (92 por ciento), seguido de la ocupación de territorio e infraestructuras (87 por ciento), la dependencia de la actividad turística (79%) y un empleo de baja calidad (73 por ciento).

El informe de Gadeso niega la «leyenda urbana» de que exista en las Islas «turismofobia», Aunque eso sí, alerta de que «hay una sensación solida que asistimos a un peligro de saturación de nuestras infraestructuras y servicios». Para el 78 por ciento de los encuestados se está saturando el territorio. El problema se centra principalmente en las carreteras principales (para el 77%), en el consumo abusivo de recursos (76%), y en las playas y sus accesos (74%).