Ancianos de la residencia, al lado de ventiladores | Gemma Andreu

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Los alrededor de noventa usuarios de la Residència i Centre de Dia per a la Gent Gran del Consell viven el verano con mucho calor. El edificio, que tiene casi cuarenta años de antigüedad, no dispone de aire acondicionado en las zonas comunes ni en las habitaciones, un hecho que provoca molestias y malestar entre los empleados y los beneficiarios del servicio. No lo ha tenido nunca. Es algo inusual en un centro de estas características. En una reunión del personal con la dirección, celebrada esta misma semana, los trabajadores plantearon a la dirección que se movilizarían si no se solventa la situación en breve, según la información facilitada por fuentes sindicales.

Problemas

La sala de estar, el comedor, los baños y las habitaciones de los residentes son los espacios más afectados por las altas temperaturas, ya que son las zonas que no tienen instalado el aire acondicionado. Al no haber casi áreas frías, se concentra mucho el calor «llegando a los 35 grados en el comedor», según informan fuentes del propio personal. Unas condiciones ambientales que no respetarían lo que establece el anexo III del Real Decreto 486/1997, donde se fijan las temperaturas y otras disposiciones de seguridad y salud de los lugares de trabajo.

Ventiladores, ventanas totalmente abiertas, abanicos y mucha agua son las únicas soluciones en práctica para afrontar un problema inherente al centro. Este año el malestar se ha incrementado notablemente coincidiendo con una subida extrema e histórica de las temperaturas de julio, que se han situado prácticamente un grado por encima de los valores normales en estas fechas.

Hace dos meses, los trabajadores ya se quejaron del problema y se han ido llevando a cabo sucesivos encuentros al respecto tanto con la dirección como con los máximos responsables de la Conselleria de Servicios Sociales, según informa Andreu Fernández, representante de CCOO en el comité de empresa del Consell. Se les aseguró que se tomarían medidas, pero por ahora solamente se han puesto más ventiladores, entre otras medidas puntuales, y están a la espera de nuevos aparatos portátiles. Es una manera de solventar la difícil situación mientras no se tome una decisión de más calado y más resolutiva. Mientras tanto crece la insatisfacción entre las personas que viven la situación más de cerca, empapados en sudor cuando más aprieta el calor.

Poner más ventiladores no conlleva suficiente comodidad entre el personal y los usuarios porque, como afirman ellos mismos, «no se reduce suficientemente la temperatura». Una de las personas mayores cree que «no tiene ningún sentido poner más ventiladores si el aire es demasiado caliente». Además añade que «se debería llevar a cabo una reforma en el edificio».

Otra usuaria también se muestra muy crítica y afirma que «la situación es vergonzosa y denigrante; nunca en mi vida había sudado tanto». Además añade que «en las habitaciones también hace mucho calor y hay problemas de corrientes». Cabe recordar que la mayoría de estancias de la residencia son compartidas por dos personas, con excepción de algunas pocas que son individuales. Una voz más positiva y optimista cree que «el calor es algo que durará cuatro días, además todavía no han tenido suficiente tiempo para arreglarlo. Lo van a solucionar».

Oro problema importante relacionado con el calor se localiza en los baños. «Muchos de ellos están construidos de tal manera que no tienen ventanas y en el momento de limpiar a los mayores, siempre con agua caliente, las temperaturas llegan a ser muy agobiantes», afirma una de las trabajadores del centro. Con este calor a más de uno le gustaría poder refrescarse duchándose pero el caso es que no es fácil para ellos, debido a sus limitaciones.

Estas instalaciones, situadas en la avenida Josep A. Clavé de Maó, años atrás estaban habitadas mayoritariamente por personas válidas e independientes que podían valerse por sí mismas. Ahora mismo, hay mucha más gente con necesidades especiales, lo que conlleva que debe ser asistida. El edificio solamente cuenta con un ascensor y muchas habitaciones no disponen de una grúa especial necesaria para diferentes situaciones de traslado.

Uno de los residentes más veteranos afirma que «actualmente hay mucha gente enferma en el centro y el espacio no está preparado para esto». Además añade que en horas puntuales debería haber mucho más personal «porque el que hay es insuficiente».