Antonio Hernández, en el puerto de Maó | Gemma Andreu

TW
5

Con el objetivo de ampliar la base social de la entidad y facilitar la incorporación de nuevos miembros del Club Marítimo de Mahón, la junta directiva que preside Antonio Hernández Pons ha suprimido la cuota de entrada.

Para formalizar la inscripción como socio del club era preciso pagar, hasta ahora, una primera cuota de 2.000 euros, que con el IVA ascendía a 2.420 euros. Una cantidad que la actual directiva consideró excesiva y con efectos disuasorios para conseguir nuevos asociados. La propuesta de supresión temporal de esta cuota de entrada ha sido aprobada por la asamblea del Marítimo y en la actualidad ya no se cobra.

Antonio Hernández, que en agosto del año pasado relevó a Nemesio Suárez en la presidencia del club, explica a que «queremos abrir las puertas de la entidad a todas los menorquines y sus familias que deseen entrar, formar parte y tener la oportunidad de acceder a los servicios, actividades e iniciativas que ofrecemos y organizamos». Añade que «queremos acabar de una vez por todas con la falsa imagen de entidad elitista, y para ello nos hemos propuesto recuperar el espíritu fundacional de Sa Lliga. La supresión de la cuota de entrada responde a este objetivo»

En la actualidad el Marítimo de Mahón cuenta con 600 miembros, para los que se organizan actividades sociales y deportivas. Antonio Hernández añade que «también están abiertas a la participación de quienes no son socios, como la cena que organizamos con la actuación del Trio Arrels, pero los asociados gozan de descuentos y precios reducidos».

La junta directiva impulsará ahora una campaña destinada a la captación de nuevos socios.

«Los amarres, clave para la supervivencia de la entidad»

En marzo del próximo año acaba la concesión de los 49 amarres que el Marítimo gestiona en el Moll de Llevant. Antonio Hernández afirma que «la supervivencia de la entidad depende de esta concesión». Instan a Autoridad Portuaria de Balears a valorar, puntuar y reconocer el papel que desempeña el club en el doble ámbito social y deportivo como entidad sin ánimo de lucro.

Al mismo tiempo, aspiran a recuperar y volver a gestionar los amarres situados frente el edificio social. Estos atraques, que fueron adjudicados por Autoridad Portuaria a Trapsayates, la quebrada empresa de Gerardo Díaz Ferrán, se encuentran actualmente bajo administración judicial.