Imagen de la desaladora de Santa Eulària (Eivissa), que está a punto de entrar en funcionamiento.

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La desaladora de Santa Eulària (Eivissa), que ha seguido un proceso similar a la de Ciutadella, está a punto de ponerse en marcha. Y lo hará con unos precios provisionales que son inferiores a los que Abaqua ofreció para las instalaciones de Menorca.

El Ayuntamiento de Santa Eulària pagará al Govern durante los próximos seis meses dos tarifas. Una, que será para la mayor parte de agua que consuma, fijada en 0,75 euros por metro cúbico, que es la que se destinará a la ciudad de Santa Eulària. Y otra tarifa de 1,25 euros el metro cúbico, que irá para las pedanías, y que representa una cuarta parte del total. En conjunto, se trata de un precio inferior que la propuesta más realista ofertada para Ciutadella, fijada en 1,24 euros el metro cúbico.

El gerente de Abaqua, Antoni Garcias explica que se trata de un convenio provisional, para que la desaladora de Santa Eulària pueda entrar ya en marcha, y que «no se pueden comparar con Ciutadella», que ya eran los precios definitivos. Además, asegura Garcias el agua que Santa Eulària comprará también procederá de las otras dos desaladoras: la de Eivissa y la de Sant Antoni de Portmany. Asimismo, recuerda que se hizo una propuesta al Ayuntamiento de Ciutadella para los tres meses de verano (que desestimó por falta de presupuesto) con precios más bajos, a 1,21 euros el metro cúbico.

En todo caso, los precios definitivos y globales para toda Eivissa se definirán más adelante, y siempre serán (igual que en Menorca), «en función de los costes». El precio definitivo para Eivissa, puede oscilar entre 1 y 1,25 euros el metro cúbico. Una cifra que será inferior o como mucho igualar a la ofertada en Menorca. Ello se debe a que la producción de agua desalada en Eivissa es mucho mayor, lo que hace que los costes por metro cúbico se reduzcan. Para empezar tendrá tres desaladoras en marcha y la de Santa Eulària el año que viene, cuando se firme el convenio definitivo, generará 3 hectómetros, es decir cuatro veces más que los 0,75 hectómetros anuales que tiene previsto generar Ciutadella, si algún día se pone en funcionamiento. Pone como ejemplo Formentera, donde pagan hasta 1,75 euros por el agua desalada, debido a que se trata de una instalación más pequeña y más difícil de rentabilizar.

De hecho, Garcias defiende que si Ciutadella se acogiera a la propuesta de Abaqua de consumir 1,5 hectómetro el precio a pagar por el Ayuntamiento sería menor, ya que este bajaría a 0,82 euros el metro cúbico, muy por debajo del precio definitivo que se pagará en Eivissa, que sobrepasará el euro por tonelada de agua desalada. No obstante, el problema es que Ciutadella tiene dificultades para poder consumir esta cantidad de agua desalada, ya que las instalaciones (cuando se acaben las conexiones con Son Blanc) solo podrían suministrar agua en las urbanizaciones de Cala en Bosc, Cap d'Artrutx y parte de Cala Blanca.

Garcias insistió que el precio que ha ofertado Abaqua no es negociable ya que está determinado en función de los costes, y que si se subvencionara a Ciutadella, también solicitarían el mismo trato de favor los municipios de Mallorca, Eivissa y Formentera.

Las negociaciones siguen encalladas y el plazo se acaba: 15 de septiembre

Las negociaciones entre la Agencia Balear del Agua (Abaqua) y el Ayuntamiento de Ciutadella para pactar un precio de venta del agua desalada siguen encalladas. Y el tiempo apremia, porque si el próximo 15 de septiembre no hay un acuerdo entre ambas partes, la Conselleria de Medio Ambiente está dispuesto a cerrar la planta de Ciutadella.

El gerente de Abaqua, Antoni Garcias explica que a mediados de septiembre acaba el contrato de mantenimiento firmado con Acciona para encargarse de forma provisional de la planta. Y que solo se prorrogará el contrato en caso de que haya garantías de que el Ayuntamiento de Ciutadella esté dispuesto a comprar el agua desalada. Y de momento, no las hay.

«No podemos pagar, como hacemos ahora, 12.000 euros mensuales, sin saber si se utilizará o no», afirma Garcias, que admite que aunque a nadie le gusta, si el Ayuntamiento no quiere comprar agua desalada se tendrá que cerrar la planta «hasta que encontremos una solución».

El gerente de Abaqua recuerda que en caso de que el Consistorio de Ciutadella aceptara los precios ofertados por el Govern en un mes las instalaciones podrían entrar en funcionamiento.

Sea como sea, las negociaciones no avanzan, y no parece que tampoco lo harán este mes de agosto. Tanto Abaqua como el Ayuntamiento reconocen que la situación está igual que a finales del pasado mes de mayo, cuando el organismo autonómico entregó al equipo de gobierno municipal la relación de costes de la desaladora de Ciutadella y el precio que debían pagar, en función de la cantidad de agua que consumieran.