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Los siete pozos que suministran agua corriente a los domicilios de Maó superan, algunos con creces, los 50 miligramos por litro en cuanto a la presencia de nitratos, lo que supone que se considera no apta para el consumo humano, según los análisis correspondientes a este mes. Todos los pozos empeoran su nivel de nitratos en relación al mismo mes del año pasado, algunos de forma muy significativa, como es el caso de Turó, que ha pasado de 50,7 a 59,3 en los últimos doce meses. En agosto de 2016 un pozo estaba por debajo del límite establecido, Sant Climent.

Si se establece la comparación en relación a los análisis realizados el mes pasado, en julio, cuatro pozos incrementan la presencia de nitratos y tres la reducen, aunque su evolución en lo que llevamos de año es bastante irregular. En la mayoría de los casos han experimentado un descenso importante respecto a los análisis realizados en los meses de primavera.

La calidad y el volumen disponible de agua para uso doméstico continúa siendo una de las grandes preocupaciones de la administración local. Desde hace unas semanas se han adoptado medidas de ahorro como el cierre del riego para la vegetación de las rotondas, la disminución del agua para parques y jardines, o la interrupción en fuentes ornamentales que no cuentan con sistema de recirculación, entre otras.