Problema social. El adelanto de la edad del primer contacto con el consumo de alcohol incide en las futuras adicciones, que se manifiestan de manera tardía hasta que el afectado y su entorno, tras años de inconsciencia, asumen el problema

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El consumo de alcohol y la adicción creciente que genera entre las nuevas generaciones ha experimentado este año un aumento a tenor de las demandas de atención que ha recibido la fundación Proyecto Hombre en Menorca. Si en 2016 solo se atendía a dos personas por sus problemas con el alcohol, en lo que llevamos de 2017 ya han sido cinco los nuevos casos de adultos y jóvenes, considerados como tales hasta los 23 años, que se han sumado a los existentes y han solicitado información y ayuda a la delegación insular de esta ONG.

Las cifras, en todo caso, no resultan suficientemente significativas aunque sí preocupantes, ya que ha aumentado el tiempo que transcurre entre el comienzo del consumo y la decisión de acudir en busca de ayuda cuando el alcohólico toma conciencia definitiva de la adicción. Así lo explica Vanessa Gomila, directora de Proyecto Hombre en Menorca, quien destaca que antes este periodo fluctuaba entre los cinco y los nueve años mientras que ahora oscila entre los nueve y los quince, entre otras causas porque el comienzo de la ingestión de bebidas alcohólicas se hace a edades mucho más tempranas y la aceptación del problema para la búsqueda de una solución llega mucho más tarde. Esto quiere decir que puede existir una bolsa oculta de alcohólicos en potencia que podría precisar ayuda terapéutica a medio plazo.

Además, el alcoholismo aparece siempre de alguna u otra forma relacionado con las personas con las que trabaja Proyecto Hombre por adicciones a otras drogas.

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