El estado actual de las edificaciones es prácticamente ruinoso tras años en desuso. Uno de los objetivos del proyecto es la recuperación de un patrimonio que data de 1886. | Javier Coll

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El proyecto para convertir la finca de Milà Nou en un centro de interpretación del campo de Menorca incluye un albergue de al menos diez plazas ideado para dar servicio a los usuarios del Camí de Cavalls. El Consell promueve el primer alojamiento de iniciativa pública vinculado al sendero perimetral de la Isla, una oferta reducida de tres habitaciones en el piso superior de la casa principal del lloc, ubicado en el límite sur del Parque Natural de S'Albufera del Grau, alrededor de dos kilómetros del tramo del Camí de Cavalls Sa Mesquida-Es Grau, en un entorno rural que cuenta con el mayor grado de protección territorial.

La oferta de alojamiento, que probablemente se abra a la gestión privada –aunque todavía no está decidido–, será complementaria al objetivo principal del proyecto de rehabilitación de la finca: su reconversión en el llamado Centro de Interpretación del Campo de Menorca, que en el futuro formará parte de la red de centros de interpretación que poco a poco se está intentando tejer para que los visitantes capten el concepto de Reserva de Biosfera desde los puntos de vista patrimonial, natural y etnológico.

Dos fases, tres años

En una primera fase, que se desarrollará principalmente en 2019 con los fondos del impuesto de turismo sostenible, está prevista la rehabilitación integral de los edificios existentes –actualmente en estado ruinoso– la casa principal y construcciones anexas y las boyeras, así como la habilitación de una explanada de acceso a los dos edificios que servirá de mirador de 360 grados a un entorno de gran valor paisajístico.

La edificación principal albergará en su planta baja espacios expositivos, una tienda, una sala polivalente, una sala de estar y un pequeño office para dar servicio de cocina comedor. Se prevé que también acoja la recepción del centro de interpretación, que se habilitará en las tres boyeras comunicadas, pensadas como un recorrido lineal por la exposición de técnicas del campo, que contará incluso con un lugar específico para el queso de Menorca, aunque son ideas preliminares porque la museización forma parte de la segunda fase del proyecto y todavía no está concretada.

El proyecto básico para esta primera fase, elaborado por el arquitecto Ignacio Romera Gonzalo, de IRG Arquitectura, ya está iniciando el trámite ambiental y la solicitud de interés general, imprescindible por desarrollarse sobre suelo rústico. Incluye la instalación de sistemas de generación de electricidad (está previsto que se abastezca con energías renovables), así como la recuperación de los sistemas de recogida de agua.

Será en una segunda fase, que el Consell planea costear con fondos propios previsiblemente en el año 2020, cuando se recupere todo el exterior de la finca: la era, las dos casetas, los bancales y las paredes secas, en lo que respecta a los elementos arquitectónicos. El objetivo es dar contenido agrícola a la finca, recuperando las antiguas plantaciones de árboles frutales, que ahora son cultivos de cereales y forrajes, así como habilitar una zona de aparcamiento y mejorar el firme del camino de acceso. Queda para esta fase la adecuación de los espacios expositivos, así como la posibilidad de incorporar una zona de descanso para los caballos.

En cuanto a la gestión del recinto, cuya puesta en marcha tendrá un coste de 2,5 millones, desde el departamento de Medio Ambiente y Reserva de Biosfera del Consell entienden que no debe suponer un esfuerzo económico para la administración, teniendo en cuenta que tiene fuentes de ingresos como la entradas al centro, las pernoctaciones, los usos de servicios diurnos asociados al Camí de Cavalls, el alquiler de salas y la venta de productos agrícolas, publicaciones y marchandising.