El coronel Oriola, la senadora Pons Vila y dos reservistas en el homenaje a los caídos durante la celebración en la Base de San Isidro. | Gemma Andreu

TW
24

Una misa oficiada por el capellán Llorenç Sales, una alocución a cargo del coronel Benjamín Oriola, la imposición de condecoraciones a dos civiles por su trayectoria vinculada a la vida militar, un pequeño desfile y un aperitivo final. Así transcurrió al mediodía de ayer la sencilla celebración de los Santos Patronos de las Armas y Cuerpos del Ejército de Tierra en Menorca, en la Base de San Isidro, de Maó.

Nada que ver, por tanto, con los actos castrenses multitudinarios de antaño en la Isla que permitían exhibir la otrora dotación numerosa del Ejército. Ayer cinco de los doce militares profesionales destinados en la base realizaron el desfile con la corona en homenaje a los caídos por España, portada por dos reservistas. Una cifra muy menor al centenar de invitados que asistieron al acto. Así lo asume la mínima representación del cuerpo militar que permanece en Menorca y así lo admitió el coronel Oriola en su discurso a los presentes, en su mayoría militares retirados o en la reserva. «La necesaria superación de estos recuerdos de antaño con grandes celebraciones en el patio de armas convierten esta de ahora en más auténtica porque valoramos más su significado y resulta más próxima y más familiar».

Lea la noticia completa en la edición impresa del 09 de diciembre en Kiosko y Más