Una pareja observa las ofertas de viviendas en alquiler y en venta del escaparate de una inmobiliaria en Maó | Gemma Andreu

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La baja oferta y la elevada demanda de viviendas en alquiler para todo el año en la Isla ha provocado una subida de los precios de hasta el 20 por ciento desde principios de 2017, según el sector inmobiliario, un incremento acorde a la subida de precios del alquiler registrada en el conjunto de Baleares, del 22,1 por ciento.

El precio de una mensualidad vuelve así a niveles de antes de la crisis. Un piso estándar seminuevo, de 65 metros cuadrados con dos habitaciones y un baño, no baja de 500 euros en las zonas urbanas de Ciutadella y Maó, mientras que a principios de 2017 el precio de mercado para la misma vivienda era de 400 euros.

La escalada de precios responde a la tendencia que se nota en el mercado del alquiler en los últimos años: no hay suficientes viviendas disponibles para cubrir la demanda de los residentes. Al menos a los precios que puede o está dispuesto a pagar el menorquín medio. Cualquier inmueble en un estado de conservación aceptable que entra en una inmobiliaria ya se da por alquilado. «Cuando nos entra un producto a precios normales suele estar alquilado en 48 horas», afirma el gerente de Bonnin Sansó, Juan Torres.

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