José María Ezquiaga explica el avance del PTI este viernes en el Consell | Gemma Andreu

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Las controvertidas, pese a no haberse logrado desarrollar todavía ninguna, áreas de reconversión territorial (ART) contempladas en el Plan Territorial Insular (PTI) actual continuarán en el documento tras su revisión al considerarse una herramienta válida para modernizar, esponjar y reordenar determinadas urbanizaciones de la Isla. Eso sí, se replantearán para hacerlas viables y efectivas. Para posibilitarlas.

El director del equipo que revisa el plan, José María Ezquiaga, comentó que el PTI de 2003 «pecó de optimista» porque confiaba en la gestión municipal para el desarrollo de las siete ART confiando en que eran realistas desde un punto de vista económico. Pero la realidad es que esta figura «ha quedado inédita», como admitió ayer el propio Ezquiaga. Ante esta situación, «el problema sigue, ¿cómo se puede resolver? Todavía serán viables si se hacen bien». El técnico ve potencial para ello, puesto que persiste oferta hotelera obsoleta a reconvertir y un crecimiento potencial de plazas turísticas en las urbanizaciones.

En la presentación pública del contenido del avance de la revisión del PTI, celebrada este viernes por la mañana en el Consell con una representación considerable de las entidades económicas y sociales de la Isla, Ezquiaga expuso que el modelo de las ART se debe mantener adaptado «con criterios de viabilidad, económica, urbanística y de paisaje», mediante la creación de mecanismos de gestión que permiten superar las dificultades con las que ha topado desde su aprobación. Sería una vía para completar otra de las metas del nuevo PTI, que será la modernización de la oferta turística de la Isla.

Las ART contemplan el traslado de derechos edificatorios de determinados espacios con la intención de que la zona sobre la que se actúa cuente con un desarrollo urbanístico más acorde con las pretensiones del modelo territorial. Especialmente controvertido ha sido, por ejemplo, el caso del área de reconversión número 4, que incluye Son Bou. Las reclamaciones de los propietarios implicados han derivado, en distintas causas judiciales, en sentencias condenatorias para el Consell con el establecimiento de importantes indemnizaciones.

En la línea de la visión crítica que Ezquiaga vertió sobre el desarrollo de las ART, también señaló que la incorporación del PTI de 2003 a los planes generales de los municipios «es lo que ha funcionado menos, sobre todo su influencia en aspectos como la mejora de las zonas turísticas. Ha sido lenta y dificultosa».