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Se esperaba que el grupo municipal socialista de Sant Lluís presentara por vía de urgencia una propuesta de código ético en el pleno que este martes celebra la corporación. Pero no habrá tal propuesta, «porque antes queremos perfeccionarlo», ha declarado la portavoz Teresa Borràs.

Agrega que frente al oportunismo que algunos puedan ver en la iniciativa, «lo importante es dotarle de estabilidad, que involucre a todos los partidos» y, por esa razón, antepone el consenso de todos los grupos a las prisas de un mandato que encara su último tramo. Su voluntad es que el listado de recomendaciones o normas para el ejercicio ético del cargo no sea visto como un recurso puntual, derivado de acontecimientos concretos, sino que pueda tener vigencia en próximos mandatos.

El itinerario de la propuesta no ha comenzado su recorrido, el principal debate tendrá lugar en la comisión municipal. La portavoz socialista pretende que todos participen y realicen aportaciones, aunque antes ha de presentarse necesariamente una propuesta.

El anuncio llega después de la polémica suscitada por la factura de una comida de trabajo pagada con cargo al presupuesto de representación de Alcaldía. El importe de 156 euros repartido entre cinco comensales sobrepasa por poco el «límite de 30 euros por persona y menú» que dispone el código ético aprobado por el Govern de les Illes en mayo de 2016 en su capítulo cuarto, encabezado por el enunciado: «Comportamientos relativos a la austeridad y a la sostenibilidad». Es fácil interpretar que esa línea ha de inspirar o servir de referencia a la propuesta socialista de Sant Lluís.