La consellera Catalina Cladera atiende a los medios, este martes en el Parlament balea | Joan Torres

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La entrada en vigor el 3 de agosto de 2017 de la modificación de la Compilación del Derecho Civil de Balears conllevó para los menorquines unas nuevas ventajas fiscales al reconocerse en la Isla la opción de las herencias en vida. Así las cosas, las transmisiones patrimoniales a los descendientes pasaron a tributar al 1 por ciento (como sucesión) en lugar del 7 por ciento como hasta ese momento (como donación), con lo que la Isla se equiparó con el resto del Archipiélago. Esta medida tuvo un impacto inmediato, con la proliferación de herencias en vida por unas cantidades económicas que se situaron muy por encima, más del doble, de la media balear de los últimos años, circunstancia que se ha moderado con el paso de los meses como indican los datos de 2018.

Entre el citado 3 de agosto y el fin de 2017 se produjeron en Menorca, según los datos ofrecidos por la Conselleria de Hacienda, 44 herencias en vida por las que se recaudaron 302.373 euros, lo que supone un promedio de 6.872 euros por donación. Así las cosas, se deduce que el importe medio de cada una de estas herencias en vida fue de unos 687.200 euros, muy cerca del límite de 700.000 euros que existe para obtener estas ventajas fiscales.

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