Titulares de impacto. Medios británicos como «The Sun», el «Daily Mirror», el «Daily Express» y el «Daily Mail», entre muchos otros, se han hecho eco de los últimos sucesos en Menorca con términos que, como mínimo, invitan a la inquietud

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Amenazantes tiburones y peligrosas medusas en sus aguas, tsunamis que devastan playas y pequeños huracanes que hacen volar las sombrillas en diabólicos remolinos que aterrorizan a los turistas. No se trata de ninguna película apocalíptica, ni tan siquiera del retrato de ninguna isla del Pacífico o el Atlántico, sino de la imagen de Menorca que en las últimas semanas se refleja en muchos medios sensacionalistas británicos, los famosos tabloides, que toman episodios reales y los magnifican en busca de clics hasta caer –al menos a vista de un menorquín– en el absurdo hilarante.

Es fácil imaginar a esos padres británicos que tienen previsto pasar sus vacaciones en familia en Menorca a los que se les atraganta el desayuno al leer noticias como la que publicaba este mismo miércoles el popular rotativo «The Sun»: «Playas de Mallorca y Menorca golpeadas por minitsunamis mientras un padre es arrastrado a la muerte por una enorme ola frente a su esposa e hijos», un fallecimiento que de momento no se relaciona con el fenómeno que describen, una rissaga.

Es solo el titular de una información que en el cuerpo de la noticia emplea apelativos como «terroríficas imágenes» y que relata como «el raro fenómeno climático devastó varios centros turísticos» y como «una ola masiva, de casi cinco pies de largo, se estrelló contra la ciudad portuaria de Ciutadella, en Menorca». No es un caso aislado, son multitud los medios y páginas de información que se han hecho eco en términos similares de una rissaga, ciertamente espectacular, pero que no superó el metro y medio de oscilación.

Hace una semana esa misma familia hipotética ya había sido advertida en el «Daily Mail» y en muchos otros medios de que en la playa de Binibèquer «los bañistas se dispersan mientras docenas de sombrillas puntiagudas son azotadas por un violento torbellino». El relato pone los pelos de punta y aunque rebaja la efervescencia asegurando que no hubo heridos, se anima a bautizar el fenómeno con un título de película de serie B «Parasolnado».

A los aparentes desastres meteorológicos que, atendiendo a lo publicado en el Reino Unido, están asolando la isla de la calma, se suman los peligros que representa la fauna marina. A mediados de junio, el avistamiento de una tintorera en la playa de Arenal d'en Castell –que obligó a cerrarla al baño– fue un suculento filón para el dramatismo informativo: «Turistas aterrorizados huyen de la playa española después de ver un tiburón de dos metros», titulaba el Daily Express, que incluía decepcionantes imágenes, en comparación con el morbo que suscitaban los titulares, de turistas grabando a las tintoreras. También ha habido medios que se han hecho eco de la presencia de carabelas portuguesas en aguas menorquinas y de los riesgos de su picadura.

La consecuencia es que en Twitter, Tripadvisor y otros foros estos días muchos turistas se preguntan si Menorca es un destino seguro para pasar las vacaciones. Más aún cuando esos mismos medios informan esta semana, citando fuentes gubernamentales, del riesgo de que este año destinos españoles de playa sean objetivo terrorista, una contrapromoción en toda regla en un año crítico para el turismo británico.