Foto de grupo a las puertas de la finca de Mongofra Nou, que este sábado albergó el quinto foro dedicado a la actividad pesquera" | Javier Coll

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Si en algo se pusieron de acuerdo este sábado en el V Fòrum Mongofra los representantes del sector pesquero es en la necesidad de una mayor unidad de acción para lograr sus objetivos: una mejora de la comercialización del pescado, la conservación de los recursos y evitar que en el verano, la época de veda voluntaria que se autoimponen las cofradías menorquinas, lleguen embarcaciones de Mallorca y pesquen en zonas que los profesionales locales dejan descansar para que se regeneren especies (y en esto hay unanimidad). Un punto este último de fricción con los pescadores de la isla vecina que no tiene fácil solución, según el director general de Pesca y Medio Marino, Joan Mercant, quien recordó que «la normativa permite a estas barcas de arrastre venir, no basta un acuerdo tácito entre los pescadores de Menorca» sino planes de gestión oficiales «hay que cerrarlo o no para todos», aseveró.

El foro sobre Economía y Medio Ambiente, centrado en la pesca, se celebró ayer en la finca de Mongofra Nou organizado por «Es Diari», la Fundació Rubió y Mongofre World Heritage; el encuentro logró una magnífica asistencia y generó un debate animado, lo que permitió que surgieran diferentes cuestiones que preocupan al sector.

El aumento de la pesca recreativa, la competencia del pescado que llega de fuera de la Isla (cerca de un 80 por ciento del que se consume), la falta de relevo generacional, las complicaciones administrativas para empezar en la profesión, la creación de reservas marinas de interés pesquero ?una medida que apoyan las cofradías?, el intrusismo, y la correcta comercialización del producto. En este último apartado los profesionales admiten que la falta de unión perjudica la venta de sus capturas porque «nos preocupamos de pescar pero en tierra nos olvidamos de comercializar y luego lo malvendemos», señaló Gabriel Morro, secretario de la Cofradía de Pescadores de Maó. En estos momentos el sistema de venta en Menorca es directo, en los tres puntos oficiales de entrada del pescado se etiqueta y marca la captura, se identifica, pero según los representantes del sector, no es factible que exista una lonja en la Isla. «Se ha estudiado pero el número de habitantes en invierno no es suficiente», explicó Josep Caules, vocal de la Cofradía de Ciutadella. Además, una aplicación móvil del Govern permite a las barcas informar de la captura, generar la documentación necesaria y dirigirse directamente al punto de venta, expusieron los profesionales durante el debate, aunque desde el público se levantaron dudas sobre el sistema, «¿quién controla en las calas?», espetaron a la mesa, a lo que el exconseller Fernando Villalonga respondió con un «no todos somos piratas».

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Menos barcos, más potentes

La flota pesquera menorquina ha disminuido de forma considerable en los últimos 30 años. Actualmente está formada por 57 barcos, 51 de arte menor y seis de arrastre, es un sector «más bien reducido», explicó el director general de Pesca y Medio Marino, Joan Mercant. Pero las capturas son elevadas porque la tecnología ha mejorado el rendimiento y porque se incorpora también la actividad de la pesca recreativa. Además algunas barcas incumplen la limitación de potencia a 500 cv y la superan, tal y como se admitió durante el debate, aunque con la complicidad de la Administración, que ha subvencionado esos cambios de motores. Desde el público se sugirió que el Estado podría vigilar los motores a través del control del consumo de combustible.

Otras ideas que surgieron de un coloquio muy vivo fue el de utilizar las reservas para incentivar la incorporación de jóvenes al sector. Según expuso Miquel Camps, del GOB, en zonas en las que se ha llevado a cabo «una reconversión muy fuerte» y en las que existen reservas vigiladas ?donde el pescado puede reproducirse y crecer sin ser esquilmado?, es posible realizar capturas sin tantas horas de trabajo en el mar, lo que puede hacer que este oficio gane más atractivo para los jóvenes. Aún así, y de nuevo la autocrítica apareció en este foro, algunos pescadores reconocieron que los patrones son reticentes a enseñar sus pesqueras a los que empiezan y en el futuro serán sus competidores.

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