El concejal del PP Ramón Verdú y el alcalde Pere Moll, protagonistas de la vida municipal de Es Migjorn. | Javier Coll

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Cuenta Ramón Verdú que hace año y medio fue citado en el Juzgado de Paz de Es Migjorn por los tres hermanos Mercadal Arguimbau, socios de Agrytursa, para que se retractara de sus acusaciones bajo la amenaza de una querella. No se presentó, mandó a sus abogados y desde entonces no tiene constancia de la querella.

La que sigue adelante es la que el concejal popular ha presentado contra el alcalde por prevaricación administrativa, aunque se haya eliminado el presunto delito de tráfico de influencias de Elena Baquero. Le decepciona, pero admite «que es difícil de probar», dice como reacción al último auto judicial. «No se trata de estar contento sino de hacer justicia, en esos años (los del anterior mandato), había barra libre en el Ayuntamiento para las empresas afines al PSOE, hacían lo que querían, aquello era un tren descarrilado, a otras empresas como el Victoria Playa sí la denunciaron, por eso recurrimos a la Justicia», afirma.

Cree que la querella debería incluir a los otros cargos socialistas, «debería estar todo el PSOE», pero no tiene intención de ampliar la querella, «me cansa». Entiende que hayan dejado solo a Moll, «han huido y le descargan toda la responsabilidad, aunque es cierto que su declaración podría demostrar el tráfico de influencias de Baquero», explica.

Verdú no quiere protagonismo, «no es ningún reto personal, solo quiero justicia para que todos los vecinos sean iguales en el trato municipal».

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