La revisión catastral de Ciutadella es del año 2002, la más antigua de la Isla. | R.L.

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Los municipios menorquines están a la altura de las grandes capitales de provincia en ingresos del Impuesto de Bienes Inmuebles por habitante. Ninguno figura por debajo de la media, establecida en 315,2 euros por vecino, y la mitad se halla por encima de la capital de provincia que más recauda, Madrid.

Es Mercadal con un padrón de 4.788 habitantes, según el último censo, obtiene unos ingresos de 873,4 euros por residente, una cifra que duplica los ingresos de la ciudad líder entre las capitales españolas de provincia.

Sant Lluís, otro municipio de parecidas características con un voluminoso padrón de viviendas turísticas y un censo oficial de 6.954 habitantes, ofrece también un balance favorable muy por encima de la media nacional, 516,2 euros

Ferreries, el ayuntamiento con la recaudación más modesta entre los menorquines, a pesar de aplicar el tipo más alto, 0,75 por ciento, se situaría en el sexto lugar del listado de capitales con más ingresos por habitante.

Si el análisis por habitante ofrece estos resultados, la perspectiva de las cifras absolutas arroja resultados igualmente sorprendentes. Ciutadella, el primer municipio insular en volumen de recaudación, obtiene más ingresos por IBI que la ciudad de Teruel y solo 400.000 euros menos que Soria. Tanto Ciutadella como Maó recaudan más por este tributo que Ceuta (7,4 millones) y Melilla (9).

Entre los ayuntamientos menorquines, Maó es el que mayor cantidad tiene consignada en los presupuestos, 12,8 millones frente a los 12,5 de Ciutadella, pero la recaudación se ve reducida casi 1,5 millones por las bonificaciones que aplica.

Los datos están extraídos de la Dirección General del Catastro y del estudio «Panorama de la Fiscalidad Local 2018» que ha elebadorado el Consejo General de Economistas. Este análisis se ciñe a las capitales de provincia, por lo que no aparecen núcleos de alto valor residencial e inmobiliario ubicados en el entorno de las grandes ciudades y que, sin duda, tienen ingresos de IBI urbano por habitante -se ha obviado el rústico en esta comparativa- tanto o más elevados que los de los municipios menorquines.

El IBI es la principal fuente de alimentación de las finanzas municipales, supone el 28,2 por ciento de media de los ingresos presupuestarios en los ayuntamientos capitales de provincia. Para los municipios menorquines tiene más peso porcentual, está en torno al 35 por ciento de media, y constituye además el principal elemento regulador de los recursos locales al estar en manos municipales su aumento o rebaja. El tipo que aplican los menorquines se sitúa en una fiscalidad media, entre los extremos de Tarragona, el más caro con el 0,953 por ciento, y Toledo, el más bajo con 0,446. La ley fija un umbral del 0,4 y un techo del 1,10 por ciento del valor catastral de los inmuebles.