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La tramitación contrarreloj para autorizar las actuaciones que permitan a la central de Maó adaptarse a la reducción de emisiones que exige la Unión Europea antes del 1 de enero de 2020 sigue avanzando. El último paso ha sido el preceptivo informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que da el visto bueno a la urgencia y revela algunos detalles sobre un proyecto que, con un coste de 15 millones de euros, solo prevé adaptar dos de los ocho generadores de la instalación para cumplir con los mínimos que marca la directiva europea.

Endesa, la operadora de la generación de electricidad en la Isla, considera que lo conveniente sería adecuar al menos tres turbinas de gas, las más nuevas, para mayor garantía de suministro, dejando el resto como generadores de refuerzo; sin embargo, la orden ministerial que tramita el Ministerio para la Transición Ecológica solo contempla actuar en las dos de instalación más reciente (datan de 2008 y 2009) además de ejecutar la canalización de agua depurada para poner en marcha el sistema de refrigeración que permitirá cumplir por la mínima con los nuevos límites de la directiva de emisiones industriales.

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