Imagen de un expositor menorquín en la pasada feria Momad Shoes de Madrid, que ahora se reinventa | R.L.

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La situación está enrarecida. El tiempo, algo desorientado, no anima a un cambio de armario. Y la situación política y económica en Europa (que va desde los chalecos amarillos en Francia hasta el brexit en Reino Unido o la incertidumbre política en España) hace que el comercio minorista exhiba atonía a la hora de adquirir material. Este cóctel de circunstancias lleva a las empresas dedicadas a la fabricación de calzado de la Isla a no poder tirar cohetes. Aunque aguantan el ritmo. No hay parón, pero sí incertidumbre y timidez entre los compradores, según confirma el presidente de la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca, Juan Carlos Fernández, quien apunta que la feria de Milán, considerada la más importante del sector, se celebró «sin pena ni gloria».

A falta aún de conocer las cifras de producción y comercialización del ejercicio pasado, Juan Carlos Fernández estima que se habrá producido una bajada ligera en número de pares de en torno al 2 o el 3 por ciento, aunque confía en que la facturación se habrá mantenido o incluso crecido, ya que los precios han sido algo más elevados. El motivo no es otro que el encarecimiento de la materia prima, más impuestos y mayores obligaciones a satisfacer dentro de las empresas.

Hay que recordar que en 2017 (último año con cifras cerradas) la producción de calzado (sin contabilizar las zapatillas ni las abarcas) ya no pudo esquivar una leve bajada del 1,6 por ciento, aunque las ventas (para el conjunto de tipologías) crecieron al ritmo del 2 por ciento hasta alcanzar los 70 millones de euros, el 54 por ciento en exportaciones. Se fabricaron 1,5 millones de pares de zapatos en total.

En el caso concreto de la abarca, sigue imparable y vive un período de eclosión. Logra aumentos en producción que rozan el 10 por ciento gracias a la apuesta de los fabricantes de este tipo de calzado por comercializar en el exterior. «Es un producto que no tiene una competencia fuerte, es un nicho de mercado nuevo», apunta Fernández. En 2017 se produjeron 716.320 pares.