Los empresarios proponen que en temporada haya pérgolas en diez locales y sombrillas en tres. | Gemma Andreu

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Los restauradores no renuncian, una vez acabadas las obras del puerto interior de Ciutadella, a que siga habiendo toldos en al menos una decena de los trece establecimientos afectados. Defienden su propuesta, de mantener (y retirar durante los meses de invierno) las pérgolas en los locales que no están en la muralla y apostar por sombrillas en los tres inmuebles situados en la antigua fortificación.

Desde la Asociación de Restauradores del puerto de Ciutadella, integrada en CAEB, afirman que así lo habían pactado con la alcaldesa Joana Gomila y con Ports, tras un año y medio de negociaciones. Pese a ello, el pasado lunes la Comisión de Patrimonio tumbó la propuesta de los restauradores, dificultando que esta se pueda llevar a cabo.

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«Llegamos a un acuerdo con la alcaldesa y con Ports, que aceptaron nuestra propuesta que cumple con el Plan Especial del Casco Antiguo, y ahora nos la tumban», se lamentan los restauradores. Critican que «les hayan hecho perder el tiempo de esta manera» y que «no es serio y crea una inseguridad muy grande que a dos meses de abrir los restaurantes no sepamos a que acogernos» y recuerdan que estos trece locales dan empleo en verano a cerca de 200 personas.

Aseguran que la Comisión de Patrimonio es un órgano asesor, por lo que su dictamen no impide que pueda tirar adelante su propuesta. Ante todo ello, piden a Ports (el organismo competente en esta zona) que «imponga su criterio» y autorice la instalación de estas pérgolas. No obstante, desde Ports afirman que el que tiene la última palabra es el Ayuntamiento, que está por la labor de cumplir lo que dice la Comisión de Patrimonio.