Asunta Vivó y Josep Pons Fraga, ayer. Entre el público, el obispo Conesa, familiares, docentes y políticos. | Gemma Andreu

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El trabajo de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte (CIPM) no está siendo en vano. La que ha sido su directora ejecutiva desde su creación (2010), la menorquina Asunta Vivó, revela que, desde entonces, ha habido un incremento de países que han abolido la pena capital, así como de países que han restringido el número de delitos que conducen a la misma y que, además, la lucha contra su abolición ha cogido fuerza. Sin embargo, sigue habiendo países que mantienen esta medida y mucho trabajo por hacer. «Cuando haya un mundo sin ejecuciones me quedaré sin trabajo, aunque sería un buen modo de perder un trabajo».

La licenciada en Derecho ofreció ayer una conferencia en Ciutadella, ciudad donde nació y se crió antes de formarse en Barcelona e Inglaterra para, después, dedicarse a promover los derechos humanos y, en concreto, el derecho a la vida.

Su ponencia, organizada por «Es Diari» con la colaboración del Cercle d?Economia de Menorca, puso de manifiesto el papel de la CIPM, integrada por 22 comisarios de diferentes regiones. «Todos con gran trayectoria en la lucha abolicionista», subrayó Vivó.

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