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Fue a principios del pasado mes de octubre cuando las administraciones prometieron un «nuevo puerto» para Ciutadella, en infraestructuras y, también, de cara a la galería. Tras ocho meses de obras, la transformación anunciada es una realidad.

Ports de les Illes Balears culminaba el pasado fin de semana los trabajos de reforma que empezaron a principios de octubre del año pasado y que se suman a una primera fase ejecutada durante el invierno entre 2017 y 2018), cuando se actuó en Sa Colàrsega (la parte que enlaza con Es Pla).

En cambio, las intervenciones de esta segunda fase se han centrado en la zona comprendida entre el Club Náutic y Sa Colàrsega, donde se ha reconstruido el muelle de cantil y se ha pavimentado el tramo, dejando una plataforma única. Asimismo, se ha renovado la red de alcantarillado para solventar la problemática de vertidos residuales y, por último, se ha procedido a restaurar la muralla. Estas dos últimas actuaciones no estaban incluidas en el proyecto inicial y han supuesto un incremento del presupuesto. En total, desde que empezaron las obras en 2017 se han invertido 3,8 millones de euros.

Así, casi como un anuncio definitivo de la llegada del buen tiempo, el puerto se abría este sábado a los viandantes (este martes la mayoría eran turistas) y al tráfico rodado, con la totalidad de la obra ejecutada. Pero, eso sí, todavía con algunos detalles por pulir. En el caso de la restauración de la muralla, los trabajos continúan en su parte baja, donde todavía se limpian los restos de los antiguos toldos, para después fumigarla con herbicidas. Una parte de la fortificación se deja para después de la temporada para dar paso a los restauradores de la zona que, de lo contrario, no podrían empezar a montar sus terrazas.

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