Menorca ha sido muy activa en la lucha por una etapa educativa de calidad

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El Consell de Govern aprobó el viernes la modificación del decreto por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros de primer ciclo de Educación Infantil. Y permitirá que las guarderías se conviertan en escoletes y constituyan una red educativa complementaria a la pública. La medida procede de las recomendaciones que hizo la comisión técnica de trabajo que animaba a incentivar de forma urgente la adaptación de los centros no autorizados o su reconversión. El coordinador de la comisión, el menorquín Vicenç Arnáiz, aseguraba ayer que «se ha dado la vuelta al decreto low cost» al pasar de unas condiciones deplorables a convertir esas guarderías en centros autorizados, a su vez que darles facilidades económicas y temporales para su adaptación. «Ahora nadie defiende aquel decreto con el que Menorca se rebeló», indica. Era, agrega, «una amenaza a la protección de los niños». Y lo que parecía imposible, ahora empieza a tomar forma.

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En el caso concreto de Menorca, esta reconversión tendrá efectos directos prácticamente inapreciables, ya que solo hay una guardería en la Isla ubicada en Es Castell y será la única que podrá afrontar el cambio. No obstante, tiene ciertos reveses urbanísticos, por lo que se deberá estudiar la viabilidad de la reconversión y las soluciones posibles a tomar. El interés para conseguirlo existe por parte de la guardería. Donde tendrá efectos será en Mallorca y Eivissa. El Govern estima unas 170 guarderías pero que, con total seguridad, son muchas más, asegura la portavoz del Col·lectiu 0-3 Menorca, Àngels Camps. Estos centros representan unas 1.300 plazas objeto de reconversión. «Hay que ver ahora cómo responderán las guarderías», agrega Camps. Una vez se hayan regularizado el máximo de guarderías, todo lo que siga sin autorización deberá controlarse a través de una normativa insular para tener un control sobre el colectivo.

Vicenç Arnáiz indica que pese a estos reducidos efectos directos en Menorca, «estaremos más protegidos» porque, tal como reflexiona, si se hubiera aprobado el decreto low cost esta etapa se deterioraría y abriría la puerta a perder la calidad lograda en la Isla. Agrega Arnáiz que «esta es una pieza más, todas ellas hacen un edificio que hará que los niños de Balears estén protegidos».