El edificio se construyó en 1956, diseñado por el arquitecto Josep Claret, y se ha reformado varias veces. | Gemma Andreu

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Después de un año y medio de complicados trámites urbanísticos, el proyecto para la reforma en profundidad del Hotel Port Mahón está inmerso ya en el último paso previo a la obtención de la licencia de obras. En principio, es cuestión de semanas. El hecho de ser un edificio incluido en el Catálogo de Protección de Patrimonio Arquitectónico ha enrevesado el papeleo y ha demorado la ejecución de una actuación que estaba inicialmente prevista para el invierno 2018-2019. Tampoco podrá ser una realidad en este que ya ha empezado, porque el tiempo es muy justo para tenerla acabada con absoluta certeza antes de la primavera. Los trabajos se realizarán, salvo nuevo contratiempo, en la temporada baja 2020-2021. Serán seis meses en los que el establecimiento permanecerá cerrado.

Este proyecto contempla la reconstrucción de treinta habitaciones, que pasan a convertirse en suites. Estas dependencias ganan calidad y espacio gracias a una profunda reforma del interior del edificio, con un incremento del volumen hábil que no altera la apariencia exterior del inmueble ni el número de metros cuadrados de terreno ocupados, según se indica en el proyecto ahora a punto de ser aprobado. La iniciativa es de una envergadura considerable y supone, además, mejoras en la accesibilidad de los clientes, con la construcción de un ascensor.

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