Una máquina limpiando la playa de Galdana, en Ferreries, antes de la temporada turística del año 2016. | Josep Bagur Gomila

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Cada año cuando se acerca Semana Santa se inicia la retirada de la posidonia en las playas de Menorca, para que estén a punto para los veraneantes. Aunque a tenor de los resultados de un nuevo estudio científico más que una recogida de algas se tendría que hablar de una extracción de arena.

Y es que hasta el 77 por ciento del material recogido con la retirada mecánica de algas en cinco playas de Menorca es arena. Así lo determina el estudio publicado en la Revista de la Sociedad Geológica de España por parte de los geólogos y geógrafos Francesc Xavier Roig, Antonio Rodríguez, José Ángel Martín y Bernadí Gelabert, en colaboración con la UIB, y en el que se cuantifica la erosión de las playas y calas de Balears provocada por la retirada mecánica de posidonia.

El estudio analiza 19 calas y playas de Balears, de las cuales 5 son de Menorca. Según este estudio, con la retirada mecánica de la posidonia en un año se puede llegar a perder 267 metros cúbicos de arena en Son Bou, 162 en Cala Tirant, 89 en Punta Prima, 70 en Cala Galdana y 67 metros cúbicos en Cala Blanca. Ello se traduce en una pérdida media de un metro cúbico de arena por metro lineal de playa, con diferencias que van desde los 2,7 m3 por metro en Tirant al 0,15 de Cala Galdana. El estudio, eso sí, no cuantifica los metros lineales perdidos y cuál ha podido ser el volumen de regresión de las playas, en el que otros estudios recientes sí que han entrado, y que en todo caso influyen numerosas causas, entre las que también se encuentran la retirada de la posidonia que se lleva a cabo en Menorca desde hace varias décadas.

También se afirma que la pérdida de arena provocada por la retirada de algas todavía debe ser mayor, porque en estos cálculos solo se suma la arena extraída, a la que hay que añadir la regresión de la playa, ya que «su retirada contribuye a la desprotección de la playa frente a eventuales temporales marinos».

Los autores del estudio apuntan que «los volúmenes de pérdida sedimentaria actualmente son irreversibles», pero aseguran que estas actuaciones pueden ser corregidas mediante la gestión. «No se cuestiona la retirada, ni que esta se haga con maquinaria, pero lo que se debe analizar es el cómo y el cuándo», asegura Francesc Xavier Roig.