Marga Llambías, Luis Nadal, Pau Bosch y Sebastià Pons piden precios justos, el sábado reunirán más de medio millar de personas en una protesta con esa reivindicación | Gemma Andreu

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Un kilo de pienso de vaca lechera se pagaba en el año 2000 a 0,195 euros, hoy cuesta 0,335, lo que supone un incremento del 72 por ciento. En ese mismo periodo el precio al que se paga la leche a los productores menorquines ha pasado de 26 céntimos a 32,5, lo que representa un 25 por ciento. Visto en perspectiva significa que ha subido de media 1 céntimo cada tres años y pico.

En algunos casos, la evolución ha sido negativa como ocurre con el ternero frisón, por el que se paga ahora la mitad que veinte años atrás. Por el contrario, los costes de producción han subido en todos los géneros más consumidos en las fincas, especialmente las lecheras, que siguen siendo mayoría -unas 130- en el campo menorquín.

En el caso de los fertilizantes, de uso general, el precio que se paga por la urea, por ejemplo, se ha disparado un 120 por ciento. En semillas y otros abonos el incremento en las dos últimas décadas ronda en todos los casos el 100 por cien.

Motivos

El contraste entre costes de producción y precio del producto arma de razones la protesta del campo. Lo explican Marga Llambías, secretaria general de Unió de Pagesos, Luis Nadal, presidente de Agrame; y Pau Bosch, presidente de Fagme. El citado desajuste entre costes de producción y precio de venta del producto elaborado es la primera.

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