Imagen de un hotel de la zona de Llevant con turistas paseando. | Gemma Andreu

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El sector turístico está muy preocupado y ocupado a la vez en preparar una temporada incierta y de muy difícil predicción. Se enfrenta a un escenario muy novedoso y que cambia al minuto. Con un impacto a causa del coronavirus que lo está haciendo cojear. Los establecimientos hoteleros sufren una importante caída de las reservas a unos pocos meses de dar el pistoletazo de salida a la temporada y con una Semana Santa a la vuelta de la esquina.

Y aunque el sector es cauto y prudente por los continuos nuevos acontecimientos que se suceden, ya apunta a unas cancelaciones que oscilan entre el 20 y el 30 por ciento. La patronal hotelera de Menorca, Ashome, especifica que las cifras son muy cambiantes. Ayer eran esas. Hoy pueden ser otras. A ello, hay que sumar una ralentización de la demanda. Es lo que preocupa más al sector.

Las cancelaciones proceden en mayor medida de reservas del segmento de eventos y negocios. Las actividades que se han anulado para evitar el contagio por coronavirus han representado la inmediata cancelación de reservas y que, en estos casos, ya no se van a recuperar. No obstante, aquellas anulaciones para viajes previstos para el mes de mayo o incluso posteriores a ese mes, se podrían reactivar si la situación mejora. Cancelar ahora, con suficiente antelación, asegura en muchos casos el cobro de la parte pagada. Y, por tanto, podrían volver a reservar.

Por su parte, la ralentización de las reservas se concentra en el segmento familiar que no se atreve a dar un paso de cara a sus vacaciones ante la incertidumbre que provoca la actual situación del coronavirus. Es el segmento más castigado. Pese a ello, Ashome confía en que si la situación cambia a mejor, es un sector que aún se puede recuperar.

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Y en cambio, en lo que respecta al turismo vacacional, el de sol y playa, es en estos momentos el que sigue, aunque a cuentagotas, reservando y manteniendo el tipo.
Y es que, no es un problema del destino sino de sanidad con unos efectos económicos preocupantes.

Aperturas tardías
La patronal hotelera indica que está encima de la mesa de muchos establecimientos turísticos la opción de retrasar su apertura. Hay hoteles que tantean posponerla 15 días y, en vez de hacerlo a principios de mayo, como suele ser habitual, trasladarlo a mediados de mes. Se generan numerosas consultas. Pero todo depende de cómo evolucione la situación. Si vienen turistas habrá hoteles abiertos, pero si se cancelan los vuelos, el inicio de la temporada se pospondrá. La decisión sí está prácticamente tomada en el caso de los apartamentos turísticos, que ya de por sí suelen abrir más tarde.

Ashome apunta que las decisiones definitivas en este sentido se han postergado unos 15 días a la espera de la evolución del covid-19 y de las novedades que surjan al respecto.

Asimismo, hay que recordar que hay establecimientos que esta temporada habían apostado por adelantar su apertura a abril por una operativa que así lo permitía. De momento, se mantiene. Aunque todo depende de los vuelos. Están expectantes.