Los sindicatos, «sin nada que celebrar», han preparado este viernes actos virtuales con motivo del Día Internacional del Trabajador, el Primero de Mayo más atípico

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Ni en pesadillas los sindicatos podían imaginar un Primero de Mayo, el Día Internacional del Trabajador, más negro que el que se ‘celebra’ este viernes. Cuando se empezaba a ver la luz al final del túnel de la crisis de 2008, con la recuperación paulatina y renqueante de la ocupación y de los salarios, una fulminante y –nunca mejor dicho– virulenta crisis ha azotado a la clase trabajadora, dejando un panorama de miles de empleados y autónomos parados y con pocas perspectivas de levantar la cabeza si no es con la ayuda decidida de la administración. Aturdidos por el aluvión de consultas, algunas desesperadas, que están recibiendo estas semanas, concentran su reivindicación virtual en la protección de los trabajadores más vulnerables: «Que no se quede nadie atrás».

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La realidad del estado de alarma es de por sí dura. Los sindicatos han puesto todos sus medios a su alcance para poder atender las incertidumbres que les trasladan afiliados y no afiliados en un momento en que la gran preocupación es cuándo van a cobrar el paro: «Muchos no cobraron en abril y va a pasar lo mismo en mayo, los expedientes se han presentado muy tarde y el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) está desbordado», advierte Antonio Soria, secretario general de CCOO en Menorca. Desde el sindicato se ha reclama a los bancos que arrimen el hombro y adelanten los pagos para garantizar la subsistencia.

La misma realidad describe Servando Pereira, secretario general de UGT en la Isla, quien asegura que «me consta que el SEPE está haciendo todo lo que puede, con turnos de mañana y tarde y trabajando los sábados, pero el volumen de expedientes que han recibido solo en abril es similar al que reciben cuando termina la temporada».

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