Los centros de salud han visto crecer la presión asistencial | Javier Coll

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Los médicos de familia de los centros de salud de las Islas se confiesan desbordados tras atender hasta el 90 % de sus consultas en formato telefónico con una media de 300 y hasta 400 llamadas diarias. «Hay saturación de llamadas y muchas veces no te cogen, el número está mal o comunican y tienes que volver a llamar e insistir», explica el doctor Vicente Reyes.

El nuevo formato de Atención Primaria pasa por hacer el cribado inicial de cada paciente a través del teléfono para evitar aglomeraciones en las salas comunes pero la prevención ha llevado a otras situaciones de riesgo. Los pacientes «vienen de urgencias a los centros sin haber telefoneado, o van a urgencias hospitalarias que es lo que se debía evitar», lamenta el doctor José Manuel Valverde, de un centro de salud de Palma.

La sensación entre los profesionales es de hartazgo. No sólo cambia su formato de trabajo habitual, también está la dificultad añadida de una plantilla mermada por las vacaciones del personal. Antes se atendía a entre 30 y 35 personas al día, ahora son muchos más, al menos 50 por médico. Además cada tres minutos se hace una llamada a un usurio con el sistema de atención telefónica.

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A esta situación hay que añadirle la dificultad de pasar consulta sin ver al paciente, «la comunicación se hace difícil, cada dos por tres tienes que confirmar que el mensaje es correcto. Me tienes que ver, hablando con los ojos cerrados y haciendo un esfuerzo mental brutal. Hay cosas que se solucionan telefónicamente y fantástico pero hay otras que no y tiene un coste tremendo», advierte Reyes.

El portavoz del comité autonómico de enfermedades infecciosas, Javier Arranz, que es también médico de familia, reconoce que «no hemos llegado a recuperar la Atención Primaria al 100 % porque ahora es verano y la gente debe irse de vacaciones», explica. «Es cierto que los profesionales de primaria están saturados por la atención telefónica».

La situación fue especialmente complicada la semana pasada cuando se instauró el uso obligatorio de la mascarilla en la vía pública y hubo una avalancha de llamadas de pacientes que pedían exonerase por motivos médicos. La consellera Patricia Gómez afirma que las exenciones son mínimas. Como medida que «en parte» prevé aliviar Primaria, Salut ha puesto en marcha una autodeclaración responsable, siendo la sexta comunidad autónoma que lo hace, con la que cada paciente se responsabiliza de sí mismo y se expone a una sanción en caso de no estar debidamente justificado.