Una voluntaria, atendiendo a los gatos del refugio durante el confinamiento | Josep Bagur Gomila

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Después de 15 años gestionando el refugio de gatos, la Protectora de Animales de Ciutadella considera que ha llegado el momento de que las administraciones se impliquen en unos trabajos que vienen realizando de forma altruista. «Así no podemos seguir más, no es justo que todo el peso recaiga en manos de los voluntarios», denuncia la vicepresidenta de la asociación, Alba Lledó.

La gota que ha colmado el vaso ha sido la notificación que recibieron el pasado mes de junio de que los propietarios del terreno de 2.000 metros cuadrados donde está ubicado el refugio no renovarían el contrato. Con este ya vencido desde el 24 de julio, cuentan con una prórroga hasta finales de diciembre para abandonar la propiedad. Si no lo hicieran, ya se les ha avisado de que a partir de enero de 2021 deberá abonar 2.000 euros al mes, cuando hasta la fecha estaban pagando 2.200 al año.

La Protectora se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Ciutadella, y sobre la mesa está la posibilidad del traslado a otro terreno de 2.500 metros cuadrados, pero aún quedan muchos flecos pendientes. El que más preocupa a los voluntarios es que el plazo que se les ofrece es de tan solo cuatro años. Por otra parte, está el problema de cómo van a poder costear el traslado de las instalaciones después las inversiones que han realizado durante los últimos 15 años.

«Nuestro trabajo da resultados, pero la situación actual nos ha abierto los ojos para ver que no podemos seguir con este modelo, la administración tiene que asumir alguna responsabilidad», concluye Lledó.