Imagen de Cala Galdana. | Gemma Andreu

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La estadística ha puesto muy mala cara a la realidad del verano menorquín, en julio se perdieron 694.856 pernoctaciones hoteleras. Abrieron 67 de los 103 establecimientos y el grado de ocupación apenas rozó el 38 por ciento, premisas que explican el silogismo que, no por esperado, refleja la profundidad de la crisis provocada por el coronavirus en la economía turística menorquina.

Así y todo, Menorca ha sido la Isla que proporcionalmente más planta hotelera ha abierto el mes pasado, casi dos terceras partes, mientras que en Mallorca solo ha estado disponble la tercera parte de sus plazas hoteleras y en las Pitïuses, la mitad.

Mismos precios

La rentabilidad, medida en los ingresos obtenidos por habitación disponible, ha sido de 42,9 euros, cifra que representa una caída del 60,73 por ciento. Es el peor dato de las Islas, aunque sin gran diferencia respecto a Mallorca (57,32) y las Pitïuses (52,87 por ciento).

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