Varios hoteles de urbanizaciones como Sant Tomàs no han abierto este verano | Gemma Andreu

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El objetivo natural de los grandes perjudicados por el pinchazo turístico de 2020 es recuperarse el próximo verano y algunos factores se alinean en ese propósito. Aproximadamente un 60 por ciento de las vacaciones británicas contratadas a través de turoperador han sido trasladadas al verano de 2021 a la espera de la evolución de la pandemia.

El control de la misma o el empeoramiento del número de casos constituye la clave para que la fidelidad del mercado británico encuentre una oportunidad de consolidación o, por el contrario, se desvanezca. De momento, más de la mitad de las familias con vacaciones contratadas ha aceptado el bono ofrecido por el turoperador en vez de la devolución del dinero para venir a Menorca el próximo verano en las mismas condiciones que las previstas en el contrato de este año.

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Por otra parte, ya se está comercializando 2021 a través de las compañías de turoperación, que siguen siendo clave en el mercado británico, son las que ponen los aviones y, por tanto, el soporte para las agencias del viaje en línea, las OTA. «Hay ventas en un marco general de incertidumbre, todo depende todavía del virus y de la aceptación de la sociedad. Es cuestión de producto y de destino seguro», explica Luis Pablo Casals, presidente de la Asociación Hotelera de Menorca.

A pesar del buen síntoma que supone el traslado de la mayoría de la reservas británicas de un año a otro, Casals es consciente de que la recuperación de un año turísticamente nefasto como el presente «no se producirá en ‘V’, hay que buscar la evolución progresiva, en tres o cuatro años podríamos volver a las cifras del 18 o del 19. Hay que pasar este paréntesis y viajar con confianza», agrega el empresario menorquín.