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«Vivimos en un estado democrático en el que la libertad de expresión está regulada por la ley y no es necesario recurrir a medios alternativos para exponer las distintas opiniones», afirma la diócesis de Menorca en un comunicado difundido tras las pintadas con las que han amanecido este martes por la mañana la fachada de la parroquia de Sant Esteve de Ciutadella y varios espacios colindantes.

Al mismo tiempo expone que «también nos duele leer otras pintadas en la plaza Menorca dirigidas contra la sociedad civil» e insiste en «que existen otros cauces para vehicular el malestar que puedan experimentar algunos».

Manifiesta, a través del gabinete de comunicación del Obispado, que «no entendemos que se recurra a pintadas en las fachadas de las iglesias para ofender los sentimientos de los ciudadanos católicos con frases injuriosas».

«Este incivismo de algunos -añade- no debe alterar la percepción objetiva y mayoritaria que la sociedad democrática mantiene con respecto a la Iglesia». La diócesis subraya que «el respeto y la mutua colaboración regulan las relaciones entre ambas esferas».

Al mismo tiempo expone que «actos aislados no pueden hacer olvidarla magnífica labor humanitaria que en estos momentos la Iglesia está llevando a cabo contra la pobreza con una acción capilar que llega hasta los últimos rincones del país a través de las caritas parroquiales».

El Obispado, que expresa su «solidaridad y apoyo a la comunidad parroquial de Sant Esteve de Ciutadella y a su párroco», expone que «son totalmente injustos e inadecuados los términos contenidos en las pintadas» y anima a la parroquia a «continuar su magnífica labor a favor de todos sin distinción de credos e ideologías».

También da a conocer la diócesis su preocupación «porque se extiendan entre la población los sentimientos de miedo, frustración e indignación que expresan las pintadas», y señala que «es tarea de todos ofrecer medios para encauzar adecuadamente las reivindicaciones de una manera responsable».