La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, saluda a la alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila, en su última visita a la Isla, el pasado julio | Josep Bagur Gomila

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Red Eléctrica de España ha puesto sobre la mesa un proyecto alternativo al segundo cable de interconexión entre Menorca y Mallorca, descartado por el momento como inversión prioritaria en el la propuesta inicial de Desarrollo de la Red de Transporte para el horizonte 2021-2026, todavía en fase de elaboración. La compañía, responsable única de la red de transporte y operadora del sistema eléctrico, pretende incrementar la capacidad de transporte del cable existente mediante la instalación de baterías.

La idea ya fue apuntada durante la inauguración del nuevo enlace submarino el pasado mes de julio y, a la espera de que la nueva planificación eléctrica salga a exposición pública, también se puede intuir en el informe elaborado por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) como parte del proceso de elaboración de esa planificación. Así lo interpretan desde la Dirección General de Energía y Cambio Climático del Govern.

En este informe se especifica que el proyecto de tendido del segundo cable de interconexión entre la Península y Balears, este sí previsto en el horizonte 2026, irá acompañado de la instalación de baterías con el objeto de «aumentar la capacidad de transporte de los cables HVDC hasta un valor cercano al nominal de los enlaces, 740 MW». El director general de Energía y Cambio Climático, Aitor Urresti, explica que de los datos se infiere que esas baterías no solo serán para los enlaces Mallorca-Península, sino también para los que conectan la balear mayor con Menorca y Eivissa.

La instalación de baterías de almacenamiento en los polos de los enlaces submarinos permitiría incrementar el volumen de energía que transportan. Hay que tener en cuenta que el cable que entró en funcionamiento el pasado 15 de junio tiene una capacidad de 100 MW (megavatios), pero solo se opera aproximadamente a un tercio de su capacidad. El motivo es de seguridad. Si el cable operara al máximo de su capacidad necesitaría tener motores en la central preparados para incorporarse a la generación con una potencia equivalente. El riesgo de un cero de tensión, de un apagón, sería mayor.

A modo de ejemplo y sin que sirvan las cifras como previsión. Si las baterías instaladas permitieran almacenar durante un periodo de tiempo 30 MW, ello permitiría al cable con Mallorca elevar su funcionamiento de 30 MW a 60 MW sin poner en riesgo la estabilidad del sistema en caso de una caída de servicio. Como hasta ahora, 30 MW los aportaría la central con grupos de reserva, por llamarlos así. Los otros 30 MW los aportaría la batería. Urresti deja claro que «diremos que sí a todas las mejoras que nos propongan, pero el mensaje es claro, no renunciamos al segundo cable para 2026». Cabe tener en cuenta que la tramitación de un enlace de estas características puede llevar entre cuatro y cinco años. Ese es uno de los motivos por los que Red Eléctrica, que tiene entre ceja y ceja dar robustez a todo el sistema balear con dobles enlaces antes de 2030, ha dejado la ejecución del segundo cable de Menorca para el periodo posterior a 2026. Sin embargo, Urresti asegura que desde el Governn insistirán para que sea una realidad al menos al final del periodo 2021-2026.