La conferencia a distancia de la ministra se siguió en la Galería Cayón. | Gemma Andreu

TW
3

La vicepresidenta cuarta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, inauguró ayer un nuevo curso del Ateneu de Maó en un espacio y un formato marcados por las circunstancias. Desde la Galería Cayón unos y desde sus hogares otros, decenas de ateneistas siguieron una intervención a distancia, por medios telemáticos, en la que la ministra dibujó las líneas de lo que debe ser la recuperación, a distintos niveles, de los devastadores efectos de la pandemia.

Tras las presentaciones a cargo de Lali Olives, secretaria del Ateneu, y la presidenta, Margarita Orfila, esbozó Ribera el componente ambiental de la pandemia, por su probable origen «en el equilibrio» roto de los ecosistemas. Nos ha hecho ver, dijo, «los riesgos en que incurrimos cuando este equilibrio es quebrado», introduciendo a la humanidad en «avenidas que difícilmente vamos a saber gestionar». La pandemia, argumentó, nos ha puesto delante de la cara unos efectos del cambio climático que a algunos les «parecían lejanos de la realidad cotidiana».

Ante esto, Teresa Ribera dibujó las bases de la recuperación económica, sanitaria y social que pretende construir Europa, con la mirada puesta en la inmediatez pero también en las «siguientes generaciones de europeos», empleando los recursos movilizados para una transformación ecológica, digital y solidaria. En cuanto a lo ambiental, Ribera dijo que «sabemos que a lo que tenemos que aspirar es a algo parecido Menorca, un espacio gestionado siempre desde la mentalidad de lo que hoy es excepcional, una reserva de biosfera, que pasa a ser el modo natural de relacionarse con el entorno».

Elementos clave son la digitalización, la descarbonización o la movilidad sostenible. La ministra puso el acento en cuestiones como la agenda urbana de transformación de las ciudades, en la vertiente social de todos los cambios que se lleven a cambio. En la transversalidad y las palancas de cambio que tengan «un efecto multiplicador» de sus beneficios.

Ribera hizo una escueta alusión al turismo, para indicar que una vez superada la pandemia «no tendrá el patrón que hemos dejado, a buen seguro evolucionará a un modelo con variables de confort ambiental y digital». Por último, apelo al espíritu ateneista para, todos juntos, desde el debate, afrontar mejor las soluciones, con más y, por esto mismo mejores, puntos de vista.