Un camarero recoge una terraza en Ciutadella | Josep Bagur

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Menorca no tiene ahora los peores datos epidemiológicos, pero han empeorado en los últimos días. Ese indicador es la clave para que el cierre total de actividad nocturna que implica el toque de queda pueda flexibilizarse o no.

Lo advierte la presidenta del Consell Susana Mora, quien se muestra partidaria, y así se lo pidió este domingo a Francina Armengol, de retrasar en Menorca hasta las 12 de la noche la restricción a la movilidad nocturna impuesta en el nuevo estado de alarma. «Se trataría de mantener el pulso de la restauración, de cenas y ocio nocturno, no darle otro golpe, y buscar mayor equilibrio entre economía y salud pública», declara la presidenta.

Por la tarde se puso en contacto con las distintas patronales, quienes, según sus palabras, asumen con resignación una situación por otra parte previsible. Todas apuestan también por estirar el horario de actividad. Una tendencia favorable de la curva de contagio será determinante.

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A diferencia de Mallorca y Eivissa, donde los grupos no pueden superar las seis personas, Menorca y Formentera tiene el límite en 10 personas en interior y 20 en el exterior y los parques infantiles, entre otros detalles, pueden seguir abiertos.

Control en puertos y aeropuerto

No habrá restricciones de momento al transporte aéreo y marítimo, salvo que otras comunidades las impongan respecto a Balears. «El objetivo es evitar el drama que supuso el cierre de puertos y aeropuerto», comenta Mora, quien admite que el escenario es nuevo respecto a marzo y apuesta por mantener la comunicación con el exterior pero con control sanitario.

Cómo se hacen los controles es lo que queda por definir, tanto la fórmula de los PCR como los test de antígenos presentan inconvenientes. Susana Mora confía en la opinión de los expertos sobre el método más idóneo.