Imagen de este lunes, en la parroquia de Sant Francesc de Ciutadella. | Josep Bagur Gomila

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La paralización económica por la pandemia ha empujado a muchas familias a tener que pedir ayuda para subsistir, incluso trabajadores que nunca antes habían requerido este apoyo social. La ausencia de una temporada turística normal ha dejando a muchos hogares sin unos esperados ingresos estivales, lo que ha provocado que las cuentas domésticas a muchos no les salgan.

Según los distintos datos ofrecidos por las entidades que ofrecen el servicio de banco de alimentos, durante la pandemia más de 5.000 personas, que vendrían a ser entre 2.000 y 2.500 familias, han tenido que acudir en la Isla a recoger lotes de productos para que no faltara un plato en la mesa. Antes de la crisis, a tenor de los balances ofrecidos por las mismas organizaciones en años anteriores, acudían a los bancos de alimentos unos 3.500 beneficiarios al año, es decir, sobre 1.500 familias.

En Maó, el concejal de Servicios Sociales, Enric Mas, afirma que a inicios de noviembre tenían activos más de 500 expedientes para ayudas alimentarias, cuando antes de la pandemia, en un mes normal, se rondaban las 200. Su homóloga en Ciutadella, Laura Anglada, estima que las peticiones de ayuda se han triplicado.

Las distintas fuentes consultadas aseguran que en las últimas semanas se está percibiendo un incremento gradual, sostenido, constante, después de que en verano algunos trabajadores encontraran opciones de ingresos con lo que se salvó de la temporada turística. La previsión general es que el volumen de peticiones de ayuda se estabilizará, ligeramente al alza. La cifra máxima de precariedad en los hogares se podría alcanzar en los próximos meses, ya en 2021, coincidiendo con la finalización de algunas prestaciones, los ERTE y las exiguas reservas en los hogares.

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Dos vías compatibles

Cruz Roja es la organización que más personas atiende, puesto que acuden a sus bancos de alimentos las personas cuya situación han valorado los distintos departamentos de Servicios Sociales. Entre enero y octubre, Cruz Roja había entregado lotes de alimentos para 3.600 personas. Además han recibido ayudas económicas para la compra de comida 2.423 personas. Ambas cosas son complementarias y compatibles. La práctica totalidad de estos beneficiarios lo han sido en la pandemia.

Bartomeu Pons, vicepresidente de Cruz Roja en Menorca, comenta que en estos momentos podrían estar recibiendo lotes de alimentaros unas 1.200 familias, la mitad de ellas entre Maó y Es Castell. El Open Data de la operación Responde, específica de Cruz Roja para la pandemia, indica que ha superado ya con creces en Menorca los 20.000 lotes.

Caritas lleva a cabo sus propias valoraciones de las peticiones de ayuda, que luego traslada a los ayuntamientos para evitar duplicidades. Durante la pandemia su servicio de entrega de alimentos ha atendido a 723 familias, con un total de 1.557 personas beneficiarias. La pasada quincena atendió a 449 familias (1.084 personas). Destacan desde la entidad diocesana que se ha vuelto a las cifras propias del confinamiento más severo. A mediados de junio se alcanzó el máximo: 464 familias. Con diferencia, es en Ciutadella donde más familias atiende ahora: 218. «No se prevé un retroceso en todo el invierno», aseguran.

Con cifras más modestas, también presta el servicio la Iglesia Evangélica de Maó, con ayudas a familias de otros municipios si lo requieren. Realiza sus propias valoraciones. El pastor Josué Sintes comenta que en estos momentos entrega comida a unas 35 familias, y va subiendo. Lo habitual del invierno es alcanzar incluso las 40 familias (tiene banco de alimentos desde hace años), «la diferencia con la pandemia ha sido que en verano no ha bajado tanto como lo solía hacer».