Las bolsas de procesionaria se han convertido en una imagen habitual de los bosques de Menorca

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La plaga silenciosa que deshoja los pinos no da tregua y sigue avanzando en la Isla. La situación en el último año ha empeorado con un mayor número de hectáreas de pinar afectadas por un nivel avanzado de defoliaciones a pesar del tratamiento aéreo que se llevó a cabo en octubre de 2019.

El último mapa de afectación de la procesionaria en Menorca que elabora cada año la Conselleria de Medio Ambiente y Territorio del Govern para controlar el avance de esta oruga urticante desvela que el 34 por ciento de los pinos de la Isla (3.742 hectáreas) está clasificado en el nivel 4 de afectación de los cinco existentes, lo que significa presencia de defoliaciones muy fuertes en bordes y pies y otras de parciales por el resto de las masas.

Casi se han triplicado en un año las hectáreas de pinar que se hallan en este estadio de la plaga. En concreto, en el año 2019 eran 1.392 las hectáreas afectadas por este nivel de defoliación.

En estos momentos el 87 por ciento del bosque de pinar de la Isla está clasificado entre el nivel 3 y 4. En 2016 solo el 23,5 por ciento se encontraba en estos valores. A pesar de ello, Menorca se mantiene sin pinos que hayan alcanzado el estadio más severo de la plaga. Y se registran, asimismo, 206 hectáreas sin bolsas, sin colonias o solo algunas de muy diseminadas.

El director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Llorenç Mas, indica que la procesionaria tanto en Menorca como en Mallorca está tan extendida que solo se actúa en aquellas masas forestales que están en peligro. «La plaga está muy implantada y a nivel económico no es una prioridad acabar con la plaga porque es imposible», apunta. Sí se dedican esfuerzos para «proteger y salvar masas forestales que debido a una afectación muy fuerte están en peligro, pero no para acabar con la plaga».

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