Un camarero en la terraza de un bar con bastante actividad este martes por la mañana en la plaza Miranda de Maó | Gemma Andreu

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Hay que retroceder hasta 2014 para encontrar un dato peor sobre el desempleo con el que hemos cerrado 2020. La crisis derivada de la pandemia de la covid-19 ha frenado en seco la tendencia de siete años consecutivos de creación de empleo y la consecutiva reducción del paro.

El dato queda suavizado por la desaparición de los fijos discontinuos de la estadística laboral por el acuerdo de los ERTE para que desde esa fecha cobraran hasta el 31 de enero una prestación extraordinaria. Ahora debe negociarse de nuevo una fórmula de amparo para estos miles de trabajadores.

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Iago Negueruela, conseller balear de Modelo Económico, destaca que, a pesar de la práctica ausencia de temporada turística, el empleo se ha mantenido a niveles parecidos a los de 2017, lo que supone un 1,1 por ciento por encima del máximo de la anterior crisis. Con el ánimo de encontrar lecturas positivas en los números del peor año en materia laboral, apunta la mejor situación relativa del mercado balear respecto del estatal, coyuntura turística al margen.

Otra interpretación favorable a diciembre es que en ese periodo 220 personas han salido de las listas del paro en Menorca a causa probablemente de una escueta campaña de Navidad donde la hostelería, comercio y resto del sector servicios han asumido más trabajo. Ha sido uno de los cuatro meses en los que se han reducido las cifras de desempleo, los otros son febrero, junio y julio, alentados estos por las expectativas de temporada turística.

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