Una calle del casco antiguo de Ciutadella, el municipio más turístico y, por esa condición, el más penalizado este año en lo laboral | Gemma Andreu

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La triste herencia del primer año de la covid-19 es perceptible en el aumento del paro y la consiguiente caída en el número de afiliados a la Seguridad Social. Lo llamativo es la desproporción que se observa entre municipios, Ciutadella lidera con bastante diferencia la destrucción de empleo con casi 300 afiliados menos, mientras que en el resto ninguna supera el centenar de variación.

Los datos, publicados por Ibestat, corresponden al último trimestre de 2020 comparados con el cierre de 2019. El panorama entre un momento y otro es de duro contraste entre la normalidad y la agitación de la segunda ola del coronavirus, que volvió a romper las expectativas de recuperación.

La mayor dependencia de Ciutadella de la actividad turística aparece como primer factor explicativo de la diferencia entre municipios. Muchos trabajadores que se incorporaban al mercado laboral en los meses de verano ante la demanda de empleo generada por el turismo no han tenido esa misma oportunidad.

Entre las cifras de afiliación del último trimestre del año pasado, las que más caen por segmentos de actividad son precisamente las del sector turístico, menos 362.

La cifra resulta modesta en el marco del desgarro general que sufrido este año el turismo, pero hay que tener en cuenta que no se contempla a los fijos discontinuos ni otros contratos indefinidos por cuanto, a pesar de no haberse incorporado a la empresa, tampoco han causado baja en la Seguridad Social por haberse incluido en un ERTE, primero, y en las prestaciones extraordinarias prorrogadas inicialmente hasta el 31 de enero y ahora extendidas hasta el 31 de mayo.

Ferreries, Sant Lluís e incluso Alaior, menos condicionados por la actividad turística pero asimismo con notable dependencia de sus respectivas zonas de litoral son los siguientes con cifras que están por encima de las 50 afiliaciones.

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Sin embargo Es Mercadal, con similar estructura laboral ha logrado remontar el número de afiliaciones. También Es Castell sorprende en este aspecto, quizá por ser el territorio menos turístico y cuna de empresarios autónomos, que han crecido ligeramente frente a la caída de los afiliados al régimen general de la Seguridad, rompe la tendencia al cerrar el año con números positivos.

Sector turístico

Del medio millar de contrataciones perdidas respecto al cierre de 2019, el sector turístico acapara las dos terceras partes. El desglose por servicios apunta, en primer lugar, a bares y restaurantes, que intentaron reemprender la actividad en julio y apenas pudieron completar un trimestre.

Más de un centenar de afiliaciones se perdieron en alojamientos por parecidas razones y una cifra superior también al centenar de afiliaciones desapareció de agencias de viaje, alquiler de vehículos, actividades culturales, actividades deportivas y el comercio fundamentalmente.

Al margen del sector turístico, en el más amplio sector servicios tampoco aparece ningún capítulo con signo positivo. Todas las modalidades de contratos, indefinidos, indefinido a tiempo completo y el contrato temporal a tiempo parcial caen en desigual proporción. Donde se aprecia una brecha importante es en la modalidad de contrato temporal a tiempo completo, que ha pasado de 315 afiliaciones al final de 2019 a 165 el año pasado.

En conjunto son 503 empleos menos, la mitad de los cuales coresponde a Ciutadella. La cifra refleja la realidad de un año a otro, aunque la fotografía del momento no recoge las situaciones de ERTE, que mantiene afiliados a los trabjadores.