Indicador en el polígono industrial con la forma castellana del topónimo tapada | Josep Bagur Gomila

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El pleno del Ayuntamiento de Maó aprobó este jueves de forma inicial el cambio de topónimo para su adecuación a la ley actual, de tal modo que su denominación oficial será exclusivamente la forma en catalán, sin hache. La propuesta del equipo de gobierno contó con el previsible rechazo de los dos grupos de la oposición, Ciudadanos y Partido Popular, en un debate que dejó en evidencia que la división sobre esta cuestión continúa siendo tan profunda como siempre.

El concejal de Normalización Lingüística, Antoni Carrillos, intentó quitar hierro a la polémica. «Es una adecuación a la legalidad», a una ley, dijo, «aprobada por unanimidad por el G overn de Cañellas, del PP». Argumentó que pasar del Maó-Mahón actual a solo Maó «no va en contra de nadie ni por descontado de ninguna lengua», sino que se hace lo que ya han hecho muchos otros municipios «y los turistas los han continuado encontrando». Carrillos acotó el cambio al ámbito de la oficialidad, «se puede utilizar Mahón en usos no oficiales, ni se prohíbe ni se pierde la forma castellana».

En su primera intervención, en catalán, la popular Águeda Reynés cuestionó sobre todo la idoneidad del momento del cambio. Planteó incluso que el equipo de gobierno esté intentando tapar otros asuntos controvertidos, como la vacunación de un concejal, o saldar cuentas entre socios. «Estamos en uno de los peores momentos de la historia y el equipo de gobierno piensa que es el momento para cambiar el topónimo», afirmó. Acusó a PSOE y Ara Maó de actuar sin transparencia, de aprovechar el contexto, «ahora que la ciudadanía está preocupada con otras cuestiones más graves».

María Pons Roselló, de Ciudadanos, fue más vehemente, al usar palabras como «ridículo» o «patético» para describir el proceder del equipo de gobierno. Apeló a la historia, a los documentos antiguos que, según su argumentario, avalan otras formas del topónimo, en la versión castellana o catalana con hache. «Maó es un invento que no sé de dónde se lo han sacado para poder hablar en catalán», dijo. Es más, «estamos avergonzando a nuestros antepasados».

En el segundo turno, Carrillos rebatió los fundamentos históricos del discurso de la concejal de Ciudadanos, «no existía ninguna fórmula establecida para ningún municipio» y al PP le reiteró que se cumple la ley, como los populares dijeron que hacían en 2012 cuando se aprobó el Maó-Mahón, recordó. «¿Cuándo es el momento más oportuno? Tampoco lo hicieron ustedes en el momento más oportuno. Es difícil encontrarlo. ¿Tenemos que posponer siempre los cambios que algunos no consideran importantes? No», expuso.

Pons Roselló fue escueta en su réplica, atizando a Carrillos y recurriendo a una cita de Ramón Muntaner de 1325 que alude al «port de Mahón», «con esto se lo digo todo».

Reynés continuó en castellano para asegurar que el cambio viene propiciado por el hecho de que «a veces los pactos de gobierno hacen que las minorías sean las que marcan las decisiones con sus presiones». Entonces aludió también a la historia para defender la hache en la forma catalana, a la que dijo haber renunciado en 2012 para lograr un mayor acuerdo con la convivencia de las dos lenguas que aprobó el PP, «una fórmula integradora y compatible con las distintas tendencias. Para nosotros la coexistencia es lo normal, es lo legal». Para rematar su exposición acusó al PSOE y Ara Maó de excluir «a una parte de la ciudadanía»

El expediente pasa ahora a exposición pública, resolución de posibles alegaciones y posterior aprobación definitiva.