Varias personas pasan por delante de la farmacia de la urbanización de Punta Prima, situada frente a la playa. | Gemma Andreu

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El desplome de las ventas de fármacos anticatarrales o antigripales se confirma tras un año de pandemia, distancia social y uso generalizado de las mascarillas para prevenir la covid-19: la distribución de estos medicamentos a las farmacias de la Isla se redujo casi a la mitad el pasado otoño-invierno en comparación con el mismo periodo de 2019. Según datos de la Cooperativa Farmacéutica de Menorca (Cofarme), entre noviembre de 2020 y marzo de 2021 se distribuyeron un 46,5 por ciento menos de medicamentos dirigidos a aliviar los síntomas de resfriados, dolores de garganta y estados gripales, todos ellos de venta libre y a través del consejo farmacéutico.

Si en los meses de otoño-invierno de 2019-2020 (la covid-19 irrumpió en Menorca en marzo del año pasado) Cofarme distribuyó a las oficinas de farmacia menorquinas 4.035 unidades de este tipo de medicamentos, en el mismo periodo de 2020-2021 la cifra se redujo a 2.159 unidades. Cabe resaltar que la cooperativa farmacéutica, como servicio esencial, ha mantenido el reparto diario durante toda la pandemia.

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Balears, Antoni Real, añade que ese porcentaje de caída, próximo al 50 por ciento, se refiere a la distribución «pero creo que a nivel general en todo el Estado ha sido mayor, se habla del 80 por ciento, y en según qué zonas hasta el 90, hemos hecho un buen uso de las mascarillas, no ha habido contagios de gripe y de bacterias que causan resfriados», señala. Real añade que son cifras extrapolables a Balears, aunque matiza que «es difícil cuantificarlo porque las farmacias también compran muchos de esos productos de forma directa».

Más relajantes

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La compra farmacéutica ha variado también en lo relativo a otros productos, como son los antidepresivos, los relajantes e inductores del sueño que se venden sin receta médica o la familia de medicamentos para la salud ocular. En los dos primeros casos, antidepresivos y relajantes, ha habido aumento de distribución por parte de Cofarme, subida que se notó durante el confinamiento duro entre marzo y junio de 2020.

Del 1 de marzo al 30 de junio del año pasado se distribuyeron 18.781 cajas de antidepresivos, mientras que en el mismo periodo de 2019 se vendieron 18.514, una subida del 1,44 por ciento, siempre teniendo en cuenta que para este tipo de fármacos es necesaria receta y que en ese momento se implantó la consulta telefónica en Atención Primaria.

La familia de los sedantes y relajantes sin receta, básicamente son productos de fitoterapia, también experimentó una subida de la distribución del 6,22 por ciento en los meses de encierro de 2020. Los productos para la salud ocular, afectada por el mayor uso de dispositivos electrónicos en casa, no crecieron como se esperaba, la distribución por parte de Cofarme permaneció estable, aunque la cooperativa recuerda que los laboratorios venden directamente a las farmacias productos, por ejemplo, destinados a aliviar la sequedad ocular.

Los farmacéuticos, señala el presidente del Colegio balear, sí han notado desde que comenzó la pandemia de coronavirus, y en especial desde que el uso de la mascarilla se extendió e hizo obligatorio incluso en la calle, un incremento de problemas cutáneos como consecuencia de la utilización prolongada de las mascarillas. «Son afecciones como dermatitis y reacciones alérgicas en personas que tienen la piel más sensible», señala Antoni_Real.