Mujeres y hombres a favor de la igualdad en Sant Joan protestaron con una sentada el año pasado frente a la entrada de Cas Comte. | Josep Bagur Gomila

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«El Ayuntamiento tendría que apoyar que la mujer pudiera salir en las fiestas, en segundo lugar, su núcleo más cercano, padres, hermanos..., que las mujeres payesas que quieran salir lo hagan o como mínimo que lo pidan, que no se callen, y en tercer lugar, el pueblo en general». Así se expresa en un video compartido en redes por Gent x Ciutadella Nina, madona de s’Ullastrar, quien confiesa que si fuera más joven lucharía por ese derecho.

El debate sobre la participación de la mujer en las fiestas de Sant Joan, como reconoce la concejala de Igualdad de Ciutadella, Carla Gener, de Unidas Podemos-Gent x Ciutadella, está «en un punto embrionario» y ni siquiera se ha tenido en el seno del equipo de gobierno, que está dividido al respecto. Si regresa a la actualidad es por las pintadas feministas aparecidas esta semana en las calles de la localidad exigiendo esa participación.

La edil no quiere concluir el mandato actual sin que al menos esta discriminación por razón de sexo, amparada en la tradición, se discuta abiertamente, su propuesta es celebrar unas jornadas con un enfoque histórico-reivindicativo para analizar los cambios que llevarían a la evolución de las fiestas patronales, como ha sucedido en el resto de municipios de Menorca. Pero lo cierto es que «nos cuesta encontrar ponentes este año». Gener no esconde su decepción «¿por qué no puede cambiar?», se pregunta la concejala, quien al mismo tiempo recalca que desde el Área de Igualdad «lo tenemos claro, las leyes autonómicas, estatales y europeas nos avalan».

La Constitución consagra esa igualdad, pero en cuanto a celebraciones patronales, Ciutadella no es un caso único de veto a las mujeres; es conocida la tensión que se genera cada septiembre en las calles del pueblo vasco de Hondarribia cuando las mujeres desfilan en la fiesta del Alarde. En Ciutadella no se ha llegado a escenificar la división social en torno a este asunto porque, asegura Gener, es difícil incluso expresarlo. «Todo se tendría que poder hablar, por qué tiene que ser un tabú o un acto de valentía, debería ser algo normal», asegura la edil, «nosotros (su formación política) estamos por la labor de que cambie, pero sobre todo de que se pueda hablar». Algo que se presenta todavía más difícil y delicado en el segundo año consecutivo en el que se suspenden las fiestas de Sant Joan debido a la pandemia «las sensibilidades están a flor de piel».

Cuando pasen las restricciones de la pandemia, regresará la celebración, pero la concejal duda que haya cambios a corto o medio plazo. «Ojalá se pudieran retomar las fiestas de Sant Joan con mujeres participando pero no creo que vaya a ser así», señala, «el concepto de tradición está muy arraigado, pero hay que distinguir lo que es una discriminación dentro de esa tradición», añade.

Para Gener es necesario «empezar a crear una red de apoyo para que si alguna mujer quiere salir se sienta libre para decirlo, aunque la decisión final es del caixer senyor, una persona con título nobiliario», apunta, «no del Ayuntamiento».

Dadas las alusiones de Gener a la inexistencia del necesario debate en el seno del equipo de gobierno, este diario ha intentado sin éxito recabar la opinión de la primer teniente de alcaldía y concejala del PSOE, Noemí Camps. La alcaldesa por su parte, Joana Gomila, del PSM-Més per Menorca, atendió a este medio pero declinó realizar declaraciones sobre esta cuestión en un año en el que Sant Joan vuelve a cancelarse.