El comercio mantiene el tono, solo se ha perdido un 3,6 por ciento de afiliación en el primer trimestre. | Gemma Andreu

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La mejor situación epidemiológica de Menorca durante el primer trimestre del año implica que sea el territorio balear en el que la economía se ha visto menos perjudicada por la tercera ola de coronavirus. En ese periodo ha retrocedido a un ritmo interanual del 17,3 por ciento, cuando el cuarto trimestre de 2020 cerró con una caída del 24,5 por ciento, según el análisis de evolución económica presentado ayer por CAEB.

Por tercer trimestre consecutivo presenta un balance menos desfavorable que Mallorca (20,1 y 27,3 por ciento en esos mismos periodos) y que Eivissa y Formentera (20,1 y 27,5 por ciento). La menor dependencia turística y un menor nivel de restricciones son factores que han reforzado la resistencia ante un panorama, así y todo, muy adverso.

Ante la paralización de los flujos turísticos desde el inicio de la pandemia, el sector turístico menorquín, apoyado en su mayor dependencia del segmento nacional, ha sabido mantener durante el primer trimestre un nivel de actividad superior al del resto de archipiélago.

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Con un volumen de negocio siempre más discreto, en ramas como la inmobiliaria la economía menorquina ha evidenciado un mejor pulso al registrar por quinto trimestre consecutivo el menor descenso en operaciones de compraventa de viviendas (-7, por ciento frente al -18,8 del cuarto trimestre de 2020) en comparación con los números de las Pitiüses (-24,3 y -34,8 por ciento).

En el sector de la industria el comportamiento ha sido menos dispar entre las diferentes islas, aunque el menorquín ha logrado recuperar actividad con mayor impulso, lo que le ha permitido poner fin a tres años de ritmo más desfavorable. La afiliación ha caído, no obstante, un 4,5 por ciento en el primer trimestre del año frente al 9,4 del anterior.

La destrucción de tejido empresarial es similar en ambos territorios, en Menorca la pérdida de afiliados a la Segurida Social cae un 5,9 por ciento y en Eivissa y Formentera un 5,8.

La mayor diferencia se aprecia en el indicador de demanda de consumo eléctrico, que en Menorca aumentó un 4 por ciento en el primer trimestre, mientras que en las Pitïuses fue del 0,2.