El gerente del Área de Salud de Menorca, Romà Julià, caminando por la planta del ‘Mateu Orfila’. | Gemma Andreu

TW
17

Los sanitarios menorquines no han respondido por el momento al llamamiento realizado por el IB-Salut para que aplacen voluntariamente las vacaciones solicitadas hasta que termine el verano. Desde el sindicato médico Simebal explicaban ayer que no tienen constancia de que ningún facultativo de la Isla se haya avenido a modificar su periodo de descanso, mientras que desde el Área de Salud de Menorca explican que lo mismo ocurre con el personal de enfermería.

Ante esa falta de respuesta de los profesionales sanitarios, el Servicio de Salud del Govern ha optado por mejorar las condiciones que ofrecen para ese cambio de periodo de vacaciones y plantea al personal requerido que decida posponer las vacaciones previstas en julio y agosto voluntariamente una compensación de seis días libres adicionales que podrán disfrutar hasta el 30 de junio de 2022, entre otras contraprestaciones por la participación en los llamados módulos de actividad extraordinaria semanal.

Desde el Área de Salud de Menorca explicaban ayer que la gerencia tiene la potestad de aplazar unilateralmente las vacaciones del personal, aunque aseguraron que ese sería el último recurso ya que consideran una prioridad el descanso de los profesionales, que vienen soportando una intensa carga de trabajo desde que se declaró la pandemia, aunque no se puede descartar que finalmente, si la presión asistencial sigue creciendo, se tenga que tomar esa medida.

El delegado en Menorca de Simebal, Claudio Triay, advirtió que pasar de la petición a la obligación predispone negativamente a los facultativos, un colectivo que «viene advirtiendo de la necesidad de tomar más medidas, las que se están tomando son insuficientes» para contener la quinta ola del virus que está recayendo en los profesionales: «Todo eso genera un clima de apatía y ahora se nos pide otro esfuerzo, uno más».