El vicepresidente Juan Reynés y la presidenta Chele Fox, en el parque infantil | Manolo Barro

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En las últimas encuestas de PIME la urbanización de Cala Llonga, en Maó, aparece entre las mejor valoradas. Su mantenimiento y nivel de servicios no tiene igual en S’Altra Banda. Chele Fox, presidenta de su asociación de vecinos, tiene claro que el secreto es que «con el esfuerzo de todos, se logra mucho más».

La asociación es especialmente activa. Tiene una persona encargada del mantenimiento, asume la limpieza de espacios como el parque infantil y costea incluso inversiones, como una parte del nuevo alumbrado o la renovación de aceras. Para financiarlo los 160 asociados aportan 200 euros al año. «Menos de lo que se paga en la comunidad de un bloque de pisos», afirma el vicepresidente Juan Reynés. La asociación cuenta también con aportaciones del Ayuntamiento, «sin asociaciones como esta las urbanizaciones se abandonan, son necesarias porque los ayuntamientos no llegan a todo», coinciden.

Fox y Reynés lamentan que, a pesar de esta intensa labor, el porcentaje de asociados sea bajo, en una urbanización con unas 360 casas. Su deseo es que haya más involucrados, «la gente no sabe bien lo que hacemos», y que más vecinos se integren en la junta, a la que le cuesta mucho renovarse. «Me parece que llevo toda la vida como presidenta», afirma Fox, con 18 años en el cargo.

Un punto de inflexión fue la recepción por parte del Ayuntamiento en 2009. Antes estar asociado y abonar cuota era obligatorio. Después se perdió compromiso vecinal. «Fue positivo para poder disponer de servicios, pero la gente se pensó que estaba todo hecho, que el Ayuntamiento se encargaría de todo, y no es así». Eso sí, las quejas son universales, «los no asociados se dirigen a nosotros cuando hay algo mal».

La urbanización ha evolucionado y cada vez hay más residentes de todo el año, lo que no    significa más implicación, «la gente de fuera, con segunda residencia, está acostumbrada a pagar y a participar», afirma Fox. Su trabajo beneficia a todos, aunque con la renovación de las aceras, por ejemplo, se dio prioridad a las zonas con asociados como fórmula para captar socios. El resultado fue nulo. «Deberían tener en cuenta que tener una urbanización bien cuidada revaloriza las propiedades», comenta Reynés. O sea, que conviene asociarse se mire por donde se mire.