La gestión de los amarres de Cala en Busquets es una de las fuentes de financiación del club | Josep Bagur Gomila

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Renovar la concesión de los amarres de Cala en Busquets constituye uno de los objetivos en los que ya trabaja el Club Nàutic de Ciutadella, según se puso de manifiesto en la asamblea general de socios celebrada el pasado fin de semana.

La concesión está en manos del Nàutic hasta 2023, pero volverá a salir a concurso en esa fecha por cuanto no puede ser prorrogada por más tiempo. Optar por continuar con la gestión de los amarres de Cala en Busquet obligará al club a «potenciar el músculo económico», en palabras del presidente Rafel Torrent. Eso significa que a lo largo del próximo año deberá generar un fondo financiero que le permita competir con solvencia por esos amarres en los que, con seguridad, habrá otros licitadores cuando Ports de les Illes Balears publique la convocatoria pública.

«Es muy importante para el club continuar con la gestión de este espacio principalmente porque nos conviene desde el punto de vista económico y porque permitirá que la pesca recreativa y el paseo de los botes continúe asegurada entre nosotros», aseguró Torrent. Fue el principal tema de debate de la asamblea, la cuarentena de socios presentes también lo entendió así y lo respaldó.

Respecto a las cuentas del último año, destaca la inversión de 238.000 euros para la nueva gasolinera del Moll de la Trona, el refuerzo del forjado, la instalación de un surtidor de mayor caudal y la construcción de una pasarela, entre otras actuaciones.

El esfuerzo inversor no ha desequilibrado las cuentas, que se hallan en buena situación. Para el próximo ejercicio se prevén inversiones por valor de 361.000 euros para, entre otras, una oficina para la gasolinera y una tienda con materiales del Nàutic.