Desfile del piquete de honores formado por guardias civiles, soldados y marinos, ante las autoridades | Gemma Andreu

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Tremendo frío, estampas evocadoras de otros tiempos cuando los militares eran legión y estaban más presentes en la cotidianidad de la Isla, y un discurso autocomplaciente con la aportación de las Fuerzas Armadas fueron las características que definieron este jueves la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Isabel II, de Maó, sede del gobierno militar.

La efeméride que instauró Carlos III en 1782 en reconocimiento a sus Ejércitos tras la recuperación de Menorca para la corona de España permitió al comandante general de Balears, Fernando García Blázquez, glosar en un largo discurso el trabajo de los militares en 2021 para combatir la pandemia. Recordó el rastreo llevado a cabo por personal del Ejército, la Armada y el Ejército del Aire, como esencial para la detección de los contagios, y la vacunación realizada a los colectivos especiales a cargo de los efectivos sanitarios.

En clave insular, García Blázquez se refirió a la participación del Ejército en la Día de la Fiesta Nacional,  en octubre, en Alaior, la colaboración con el Ayuntamiento de Es Castell en el 250 aniversario de su fundación, y al Congreso Internacional Icofort Menorca 2021 en La Mola sobre la riqueza patrimonial de las fortificaciones.

En este sentido destacó la labor de los Consorcios como «ejemplo de colaboración entre administraciones cívico-militares», aunque no apuntó ningún objetivo concreto para el del Museo Militar de Menorca y Patrimonio Histórico del puerto de Maó y Cala Sant Esteve para el año que comienza.

En otro punto de su alocución el comandante general también hizo mención a las labores de reconocimiento de rutas y entornos naturales en varios municipios de la Isla, y al apoyo a Maó con el suministro de agua potable de los pozos militares de Son Arrocet, en la base militar de San Isidro.

Con una amplia representación de las autoridades civiles, encabezadas por la presidenta del Consell, Susana Mora, la directora insular de la AGE, Isabel López, y el alcalde de Maó, Héctor Pons, junto al obispo, Francesc Conesa,  el acto arrancó y concluyó con un desfile reducido de 15 efectivos de la Guardia Civil, en su mayoría, Ejército y Armada, al mando de un teniente de la Benemérita.